En general, no existe ningún plato de la cocina catalanoccitana que nos haya defraudado. Pero si hay alguno que nos ha robado especialmente el corazón y, sobre todo, el estómago son todos los que se preparan con brandada de bacalao: ya sean unas tostas, unos pimientos de piquillo, unas croquetas, etc. ¿Os apetece un bocado?
¿Qué necesito?
300 gr. de lomo de bacalao desalado
1 patata grande
1 diente de ajo
aceite de oliva
leche
pimienta
sal
¿Cómo lo hago?
En una sartén con abundante aceite de oliva y un diente de ajo (entero o en rodajas), confitamos los trozos de lomo de bacalao desalado y sin piel a fuego muy bajo durante cinco minutos. Retiramos los trozos de bacalao y reservamos el aceite. En un cazo, cocemos la patata y mientras tanto desmigamos el bacalao.
En un bol, deshacemos la patata con ayuda de un tenedor, como cuando queremos preparar puré. Luego le añadimos la miga de bacalao y batimos bien todo hasta obtener una mezcla homogénea.
El último paso consiste en ligar la mezcla de patata y bacalao junto con la leche y el aceite. Así que añadimos una cucharada de aceite y otra de leche y batimos todo. Y así sucesivamente, repetimos la operación, alternando cucharadas de aceite y leche, hasta obtener la consistencia deseada. Salpimentamos y listo.
Una de las formas ideales de comer la brandada es untada en rodajas de un buen pan campero y gratinadas en el horno. También podéis añadirle a vuestra tosta las rodajas de ajo cocinadas. ¡Bon profit!