250 ml. de agua.
125 gr. de harina
100 gr. de mantequilla
4 huevos
1 pizca de sal
Aceite de oliva
Azúcar
Elaboración:
Poner en un cazo el agua, la sal y la mantequilla cortada en trozos. Calentar y remover para que la mantequilla se deshaga antes que el agua hierva. Cuando el agua empiece a hervir, remover unos segundos y volcar toda la harina, previamente tamizada, de una vez. Remover enérgicamente hasta que quede una pasta compacta que se desprenda del cazo. Retirar del fuego, añadir 2 huevos y remover hasta que la pasta vuelva a unirse. Añadir los huevos restantes uno a uno y repetir la operación.
Tomar con una cuchara de postre pequeñas porciones de la pasta, tratando que queden lo más redondas posible, y freírlas en una sartén con abundante aceite de oliva no demasiado caliente ya que se dorarían demasiado deprisa sin hincharse. A medida que los buñuelos se doran, ellos mismos se dan la vuelta para dorarse. No freír más de 3 ó 4 porciones a la vez para que no se estorben entre ellos. A medida que estén dorados, rebozar aún calientes en azúcar y depositar sobre papel cocina para que éste absorba la grasa sobrante. Servir.