Después de Navidad, siempre queda una parte de la cena. Las sobras siempre son lo más rico, todo el mundo lo sabe. Al día siguiente, cuando te levantas y no hay absolutamente nada que hacer en todo el día, quieres comida rica. Seguramente, la noche anterior tomaste un poquito más de vino de lo que habrías tomado en otra noche, estás medio trasnochado y en general quieres algo de comfort food. Y ahí es cuando vas y buscas los que te quedó y te preparas esta cacerola de pavo, maíz y gravy.
Te prometo que no te vas a tardar más de quince minutos entre comenzar a preparar y meter al horno, vas a ensuciar una tabla, un cuchillo, un bowlings, una cuchara y la cacerola. Nada más. Es la comida fácil perfecta. Rápida, que no ensucia, con lo que ya tienes, deliciosa, feliz.
Una vez en el horno, ve a ver un capítulo de tu serie favorita. Y mentalízate, porque vas a comer uno de los mejores recalentados navideños que hayas probado.
Ingredientes para la cacerola de pavo, maíz y gravy
1 – 2 tazas de pavo de la noche anterior. Puede ser cualquier parte del pavo menos los huesos.
Alrededor de 1 taza de gravy del pavo.
Media taza de maíz tierno (una lata de las chiquitas)
Una lata de tomate en cubitos, si quieres del que viene con ajo o con cebolla
3-4 tazas de pasta corta cocida. Mi favorita son los tornillos, pero podrías usar penne.
1 taza de queso maduro rallado repartido en dos (emmental o gruyere estaría perfecto)
Proceso para la cacerola de pavo
Prende el horno a 350ºF / 180ºC. En lo que preparas todo apenas se va a calentar
Corta el pavo en cubos no muy grandes. Puede ser disparejo, no te preocupes. Y, según tu gusto, puedes agregar parte de la piel doradita.
Mezcla el maíz y el gravy.
Agrega el pavo y el jitomate. Mezcla bien.
Mezcla con la pasta y la mitad del queso.
En una cacerola o refractaria pon toda la mezcla y repártela.
Espolvorea el resto del queso sobre la mezcla.
Mete al horno por una media hora, hasta que veas que está hirviendo por los laditos y el queso está dorado y perfecto. De este punto ya no hay foto, teníamos mucha hambre
¡Disfruta de tu recalentado navideño!
Cuando sale del horno, está listo para comer. Sírvete un poco, algo de comer y ve con tu plato de recalentado a ver otro capítulo de esa serie. ¡Disfruta!
Y si te sientes muy bien y quieres comenzar a prepararte para el 2018 (¡ya está a dos semanas!), puedes revisar esta entrada para tener un año de lleno de propósito y consciencia. Suena bien mientras comes esto tan rico, ¿no?