Como conquistar a los amigos? Sin duda alguna, por lo menos a los míos, por el estómago!!!! No hace falta que haga cocina de autor, ni que busque ingredientes raros. Basta con que les haga un cocido, un potaje, o como es el caso, unos callos con garbanzos. Ligeramente picantitos y con la gelatina que van soltando, y que da esa consistencia tan especial. Va por ellos!
Ingredientes:
1 kilo de callos ya cocidos: tripa i cabeza
1 pie de cerdo
Unos taquitos de jamón
1 bote de garbanzos
1 pimiento rojo
1 cebolla
1 bote de tomate
4 o 5 cayenas
Agua, sal y aceite
Preparación:
Empezamos con el truquillo. Limpiamos bien el pie de cerdo y lo ponemos cubierto de agua en la olla a presión. La cerramos y dejamos que cueza una media hora. Reservamos el caldo colado y el pie.
Mientras se va cociendo el pie, podemos ir preparando el sofrito. Limpiamos y troceamos pequeños el pimiento y la cebolla. Ponemos, en una cacerola, un chorrito de aceite, y cuando esté caliente echamos el pimiento, cuando lleve unos 3 minutos, añadimos la cebolla y dejamos que se vaya pochando. Añadimos los taquitos de jamón. Una vez listo, añadimos el tomate y dejamos que se fría.
A la vez que se hace el sofrito, vamos cortando los callos, y si queréis, el pie cocido.
Incorporamos los callos al sofrito, movemos, y añadimos algo del caldo que teníamos reservado., Rectificamos de sal.
Con el mortero, picamos las cayenas y las agregamos a los callos. Dejamos unos 15 minutos, mirando y moviendo de vez en cuando por si hiciera falta más caldo. A 5 minutos de acabar la cocción, añadimos el bote de garbanzos, escurrido.
Notas:
La cantidad de cayena dependerá de si os gusta más o menos el picante. Lo del pie de cerdo, es para que quede más gelatinoso. Pero no es absolutamente necesario.