Un plato apto para estas fiestas y del que seguro no quedará nada en la mesa: los canelones. Son una receta, al igual que la lasaña o cualquier otro tipo de pasta, que acepta un sinfin de versiones, todas las conocidas y todas las que nos quedan por conocer. De hecho, son un buen recurso como receta de aprovechamiento y aquí en España, concretamente en Cataluña, es típico hacerlos aprovechando los restos de las comidas navideñas para celebrar la festividad de San Esteban el día 26 de diciembre.
Y este es el Desafío de este mes: preparar canelones. Un desafío bastante sencillo que he decidido preparar con un relleno a base de espinacas y almendras. Por supuesto no puede faltar su buena capa de bechamel y de queso.
Para 12 canelones
Placas para canelones*.
Un puñado de almendras.
200 gr. de espinacas cocidas
1 tomate
1 zanahoria
1 puerro.
2 dientes de ajo.
Harina
Aceite de oliva virgen extra
Nuez moscada
Pimienta negra molida
Sal
Queso (el que más os guste, y a ser posible que gratine bien).
*Hay dos tipos de placas para canelones o lasaña: Las que vienes precocidas y que sólo hay que ponerlas en remojo siguiendo las instrucciones del envase. Y las clásicas de toda la vida, que hay que poner a cocer.
Cualquiera de las dos son perfectamente válidas, pero las primera son mucho más cómodas.
Empezaremos preparando el relleno de los canelones.
En una sartén con una base de aceite de oliva, pondremos todas las verduras bien picadas, excepto las espinacas. El tomate, a ser posible, sin piel.
Pocharemos todas las verduras hasta que estén cocinadas. En ese momento añadiremos las espinacas.
En otra sartén aparte tostaremos las almendras previamente picadas. No las piquéis demasiado finas. Cuando empiecen a tomar color ligeramente dorado, las retiraremos porque con su propio calor seguirán tostándose aunque las hayáis sacado de la sartén.
Pondremos las almendras en la sartén de las verduras. Añadiremos sal al gusto.
Con la batidora, trituraremos las verduras hasta que no queden tropezones, consiguiendo una especie de puré verde (ya que el color de las espinacas es el que predomina). Reservaremos.
Mientras que hacemos las bechamel, vamos a preparar también las placas de pasta. Si son de cocer, las coceremos siguiendo el tiempo que nos indique el envase. Si son de poner en remojo, igualmente lo haremos teniendo en cuenta el tiempo indicado en el envase.
Para la bechamel, pondremos unas cuatro cucharadas de harina en una sartén con una base de aceite de oliva. Dejaremos que la harina se tueste un poco, para que de esta forma no nos sepa a harina cruda.
Poco a poco iremos incorporando la leche, a chorritos muy pequeños, y a ser posible fría. Remover si parar para que se disuelvan bien los grupos. Poned sal y nuez moscada al gusto. Cuando la bechamel empiece a coger consistencia estará lista.
Escurriremos las placas para canelones y las iremos rellenado poniendo una cucharada de masa en el centro y enrollando la placa hasta forma un canelón. Así con todos.
Los iremos colocando de forma ordenada en la bandeja. El paso final es cubrirlos con la bechamel y con queso rallado por encima.
Los pondremos en el horno, primero a unos 200º C. y después les daremos un golpe de grill para que el queso se dore y se gratine.
¡Y listos!
Las canelones son tan fáciles de versionar que estoy segura que el recopilatorio de este mes estará repleto de riquísimas recetas, para probarlas todas. Si queréis verlas, pinchad Aquí.