Se acerca San Valentín, ya sabes que cada año lo celebro haciendo un pastelito o un postre en forma de corazón y poco más. Nosotros no nos hacemos regalos porque cada día tiene que haber un motivo para celebrar "el amor"...
Este año se estrena en el día "del amor" ¡¡50 sombras de Gray!! y eso sí que es todo un acontecimiento (jijiji).
Mi marido no piensa acompañarme a ver esta peli pero a mí no me hace falta, ya que hace muuuucho tiempo que quedamos un grupo de amigas para ir a ver al Sr. Gray ;-)
Hace unas semanas que ya venden las entradas, pero nosotras esperaremos al día 25 para ir al cine (cuando haya pasado el boom).
Si te soy sincera, no espero que me guste tanto la peli como el libro, ya que normalmente suele ocurrir que salgo decepcionada del cine cuando un libro me ha gustado.
En fin, todo un misterio que nos espera a las que hemos leído esta trilogía.
Estos caramelos que hoy te presento son de nata (crema de leche) y chocolate. La verdad que nunca había hecho caramelos y tenía dudas de cómo me podían quedar.
De textura quedaron como los caramelos de nata (crema de leche)/caramelo de toda la vida y con un toque a chocolate muy rico.
En casa gustaron mucho.
Si celebras San Valentín te deseo un feliz día.
INGREDIENTES PARA 30 CARAMELOS:
175 gr. de nata (crema de leche) líquida
150 gr. de azúcar
120 de glicerina (yo puse azúcar invertido)
75 gr. de chocolate negro (mínimo 70% de cacao)
10 gr. de mantequilla
ASÍ LO HICE:
En un cazo, calienta la nata (crema de leche) hasta que alcance los 80ºC.
En otra cacerola, prepara un caramelo rubio con el azúcar y la glucosa o azúcar invertido. Baja la temperatura del azúcar y vierte la nata (crema de leche). Mezcla bien.
Cuece el caramelo hasta que alcance los 114ºC, remueve regularmente.
Añade el chocolate y la mantequilla y mezcla todo muy bien.
Cuando la mantequilla se haya mezclado bien, vierte el caramelo sobre una superficie rectangular recubierta de una hoja de papel vegetal. Deja enfriar una noche a temperatura ambiente.
Corta en dados y envuelve cada caramelo en papel de celofán.
Conserva en una caja metálica.
En mi caso, puse el caramelo en unos moldes en forma de corazón y esperé una noche para desmoldar.