Ingredientes:
- 1 kilos de carne de membrillo.
- 1 kilo de azúcar.
Elaboración:
Lo primero que hacemos es pesar los membrillos, ya que utilizaremos la misma cantidad de membrillo que de azúcar. No obstante, esto es sólo el primer pesaje, ya que lo que cuenta es una vez que tenemos el fruto limpio.
Los lavamos, los pelamos y los echamos en una cacerola con agua. El tiempo que tarden en cocerse dependerá del tamaño de los membrillos. Sin embargo, está el truco que hemos utilizado otras veces, cuando claves un cuchillo y veas que traspasa el fruto, significa que está listo. En mi caso han tardado 45 minutos en cocerse.
El siguiente paso es sacar los membrillos del agua y dejarlos templar. Luego los troceamos y le quitamos el corazón con las pepitas. Los trozos de membrillos los pasamos por el pasapurés.
Ahora se vuelve a pesar el membrillo, en este caso a mi se me quedó en
Ahora es cuestión de tener paciencia y esperar a que se cocine la carne de membrillo; podéis utilizar un fuego medio, pero debéis tener mucho cuidado para que no se os queme la mezcla. En mi caso, estuve casi dos horas removiendo con la cuchara de madera, aunque eso dependerá del fuego que hayáis puesto, sabréis que la carne de membrillo está lista, cuando tenga un color más oscuro y cuando retiréis parte de la carne del fondo de la olla y tarde en desplazarse, como se puede ver en la imagen.
El siguiente paso es untar aceite de girasol en el taper donde queráis guardarla (para que sea más fácil despegarla) y la metéis en la nevera por 24 horas para que adquiera la consistencia deseada y ya está lista para comer.