Estoy segura que conoces la carne de membrillo, o dulce de membrillo. Puede que tu abuela o tu madre la preparasen casera. También puede ser que hayas probado la que venden en el supermercado. En cualquiera de los casos, y si te gusta este dulce, hoy te animo a que pruebes tu propia carne de membrillo. A mí, ésta, es la que más rica me ha sabido, ¿será porque la he hecho yo?
Si pienso en membrillos lo primero que se me viene a la cabeza es su aroma. Es posible que los hayáis visto como ambientador en más de un lugar y es que, a medida que el membrillo va madurando, su aroma se va volviendo más agradable y dulzón. Mi abuela los pone en distintos rincones de la casa para impregnarla de su característico olor.Mi recomendación es que, una vez que os hayáis decidido a preparar la receta, hagáis una buena cantidad. La receta es muy sencilla pero lleva bastante tiempo de cocción, así que será mejor que aprovechemos para que nos salga bastante dulce.
Además se conserva bien durante bastante tiempo, varios meses. A mi me gusta tenerlo dentro de la nevera y tomarlo en el desayuno (aunque puedes tomarlo en cualquier momento del día).No concibo otoño sin carne de membrillo, ¿y tú?
- Membrillos
- Azúcar
La cantidad de azúcar dependerá del peso de lo membrillos después de cocidos y una vez les hayamos retirado las partes desechables (el corazón, partes feas de la piel...)
En primer lugar, pondremos los membrillos bajo el grifo y los iremos lavando uno a uno para retirarles esa "pelusilla" que tienen adherida a la piel. Después, los secaremos uno a uno con un paño limpio.
Los cortaremos en 4 trozos. Si hubiese alguna parte picada, es el momento de retirarla. No os preocupéis ahora por quitarles el corazón porque el membrillo es una fruta bastante dura y os será más fácil retirárselo después de cocidos.
Pondremos a hervir los trozos de membrillo en un olla con agua, hasta que éstos estén cocidos. El punto de cocción lo comprobaremos con un palillo. Cuando éste atraviese sin problemas los trozos de membrillo, entonces estarán listos. Los pasaremos a un escurridor y los dejaremos templar para poder manipularlos.
Una vez que los trozos de membrillo estén templados y podamos manipularlos sin quemarnos les retiraremos la parte del corazón.
Pesaremos los trozos de membrillo escurridos y sin corazón. El peso que resulte será la medida que necesitaremos de azúcar.
En mi caso, empecé la receta con 3 kilos de membrillos. Después de cocidos y retirado el corazón pesaban unos 2 kilos 600 gramos. Pues bien, la cantidad de azúcar que empleé fueron 2 kilos y 600 gramos de azúcar.
Pensaréis que es mucha cantidad de azúcar y quizá penséis en restarle un poco a la hora de elaborarlo. En ese caso puede que una menor cantidad de azúcar afecte a la consistencia final del dulce de membrillo.
Con estas cantidades resultaron 6 tarrinas grandes de carne de membrillo .
Trituraremos el membrillo cocido con un pasapurés, para que quede fino y sin trozos. Pondremos el membrillo en una olla grande y alta. Añadiremos el azúcar y lo llevaremos todo al fuego. Os recomiendo empezar con el fuego bajo hasta que el azúcar se vaya convirtiendo en almíbar y esté bien mezclado con el membrillo.
Esta preparación requiere de nuestra vigilancia durante todo el proceso. De hecho, tendremos que estar preparados para remover constantemente para que el azúcar no se nos pegue en el fondo.
Después subiremos un poco el fuego. Todo esto sin dejar de remover.
Al principio veréis que cuesta bastante remover, a mitad de cocción os costará un poco menos y, a medida que el dulce de membrillo esté cerca de estar listos, os volverá a costar más removerlo porque irá espesando.
El tiempo de preparación varía dependiendo de la cantidad de membrillo y de la temperatura de cocción que alcance. En mi caso, tardé aproximadamente una hora en tenerlo listo.
Sabremos que está listo cuando veamos que el color ha oscurecido ligeramente hasta conseguir el color característico de éste dulce, cuando el dulce haya espesado y al removerlo se despegue de las paredes de la olla, cuando al levantar la cuchara llena de dulce éste caiga en forma de pegotes, y cuando comprobemos que si dejamos la cuchara de pie dentro del dulce ésta no se cae hacia los lados.
Llegados a este punto tendremos preparados tápers o tarrinas, no demasiado hondas para que no quede el dulce muy grueso, que se puedan cerrar de forma hermética, donde iremos repartiendo el dulce de membrillo caliente.
Hasta que el dulce no esté completamente frío no cerraremos los recipientes. Una vez fríos y tapados los guardaremos en la nevera hasta que vayamos a consumirlos.
Cuando el dulce de membrillo está caliente es más blandito, casi como una mermelada. A medida que se vaya enfriando, y después de haber pasado unos días en la nevera, la carne de membrillo irá adquiriendo la consistencia que lo caracteriza.
Gracias por suscribirte, Un beso. Chus