No sabía cómo escribir este post y he recurrido a la sabiduría familiar para que me hablaran un poco de él.
Según mi madre, poco amante de la carne y siendo ella más de verduras y pescado, la carrillada o carrilleras las hacía mi abuela con arroz, patatas guisadas o en salsa pero no era muy consumido ni tenía mucha aceptación entre la gente de la época, porque se consideraba poca cosa como para ser servida y cocinada como plato de fiesta. Era más bien un ingrediente de casquería de segunda clase , barato y sin más importancia.
Ahora recurro a mi padre que a él sí que le gusta más la carne y además entiende de todo lo relacionado con ella. Él nació en Santa Bárbara de Casa, pueblo de la sierra de Huelva, concretamente del Andévalo. Mi abuelo, su padre, se dedicó a la cría porcina y por lo tanto, mi padre se crió en medio de aquella época donde "las matanzas" eran algo habitual y propio de las faenas a las que se dedicaban y de eventos familiares . Después se vendía la carne, jamones , chacinas etc, pues daba para mucho, tanto para la venta como para el consumo propio de la casa. En otra ocasión hablaré de cómo eran aquellas matanzas y la forma de vivir del pueblo.
Bien, pues según recuerda , las carrilladas se agregaban a una fritada , por la noche, terminada jornada de las labores propias de la matanza; se hacían asadas o se picaban para añadirlas a los chorizos y otras chacinas. Era una parte del cerdo no demasiado codiciada y no se consideraba de primera. Se aprovechaba, claro está, como todo lo del cerdo pero nada más.
Sin embargo ahora , ha subido de precio y en muchos restaurantes ocupa un lugar preferente en sus cartas.
En mi casa gusta mucho, sobre todo en salsa y acompañada de patatas fritas. Las preparo con relativa frecuencia y de muchas formas distintas . La receta que os traigo hoy queda exquisita y, como siempre, no olvidéis del pan que es esencial para mojar en la salsa.
INGREDIENTES
1 k. y 1/2 de carrilladas ibéricas
1 cebolla
3 zanahorias
3 dientes de ajo
3 cucharadas de salsa de tomate
aceite de oliva
1 vaso de Oporto
1/2 vaso de agua
perejil
sal y pimienta
PREPARACIÓN
Ponemos aceite en el fondo de una cacerola y sellamos las carrilladas que previamente tendremos bien limpias, retirando la grasa y nervios que tengan. Reserva.
En ese mismo aceite sofríe la cebolla picada y ajos laminados. Cuando la cebolla adquiera un tono transparente añade las zanahorias cortadas en rodajas. Continúa el sofrito hasta que las zanahorias empiecen a ponerse tiernas. Ahora incorpora el Oporto, espera a que comience a hervir para que evapore el alcohol y añade las carrilladas reservadas. Pon las cucharadas de tomate, sal , pimienta, perejil picado y remueve. Añade el agua y deja a fuego medio-bajo, alrededor de una hora, hasta que estén tiernas pero no desechas. Tienen que quedar enteras .