Esta versión es la de Martha Stewart, pero tengo en pendientes la de Peggy Porschen que haré en breve y os contaré con cual me quedo definitivamente.
Por lo pronto, os diré que este me ha conquistado por su jugosidad y textura. Un delicado sabor a especias y vainilla, mezclado con la crema de queso, la hacen una tarta irresistible.
No dejéis de probarla, porque os va a sorprender. Y es una buena manera de comer hortalizas que muchas veces las tenemos un poco olvidadas.
Ingredientes
300 g de harina
15 gr de levadura en polvo
1 cucharadita de bicarbonato
1 cucharadita de canela en polvo
1 pizca de sal
1/2 cucharadita de jengibre en polvo
1 pizca de nuez moscada en polvo
340 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
160 g de azúcar moreno
160 g de azúcar blanquilla
3 huevos grandes
2 cucharaditas de extracto de vainilla
125 ml de agua
450 g de zanahorias
200 g de nuecesPelar y rallar las zanahorias lavadas y secadas. Poner la ralladura sobre un papel absorbente para eliminar todo el agua que suelten.
Precalentar el horno a 180º. Engrasar un molde apto para el horno.
Tamizar la harina junto con la levadura, el bicarbonato, la canela, el jengibre y la nuez moscada. Añadirle la sal y reservar.
Batir la mantequilla con el azúcar hasta que adquiera una textura cremosa. La mezclase volverá blanquecina. Añadir los huevos. De uno en uno y no incorporar el siguiente hasta que el anterior esté bien mezclado. Añadir la vainilla, el agua y las zanahorias. Mezclar durante un par de minutos. Ir incorporando la harina poco a poco sin dejar de batir a baja velocidad. Por último, añadir las nueces y mezclar con ayuda de una espátula y con movimientos envolventes.
Verter la mezcla en el molde y hornear, a 180º, durante unos 20-25 minutos. Pasado el tiempo, pinchar con un palito y si sale limpio está listo, si no lo dejamos 5 minutos más.
Dejar enfriar en los moldes sobre una rejilla durante 15 minutos. Desmoldar y dejar enfriar completamente sobre rejilla.
Para el frosting
300 grs de queso en crema tipo Philadelphia
150 grs de azúcar glas
360 ml de nata (crema de leche) líquida para montar
Mezclamos el queso y el azúcar y batimos con las varillas eléctricas hasta obtener una crema suave.
Montamos la nata (crema de leche) y la vamos añadiendo poco a poco a la mezcla de queso y mezclamos con movimientos envolventes hasta que estén bien integradas ambas. El resultado, una crema untuosa con la que cubriremos la tarta una vez se haya enfriado.
Bon Àppetit!!