Buenas, ya he vuelto de mis vacaciones. Han sido muy, muy pero que muy cortitas, aunque no me puedo quejar que no he parado desde Semana Santa.
La verdad es que para mi el año empieza en septiembre, es cuando realmente me hago buenos propósitos, este año unos cuantos, comer mejor (de forma más equilibrada), ya os enseñaré un día mi organización (menús semanales en tres partes, mis táperes para el trabajo, el menú de mediodía del Jan en casa de la abuela, y las cenas comunes) la verdad es que es un esfuerzo titánico de organización, pero facilita mucho tanto la cesta de la compra cómo el cocinado diario.
Otro es ser más organizada con el blog, de momento publicaré los miércoles una receta cocinada al modo tradicional (como la de hoy) y los domingos publicaré una receta con mi nuevo juguete la Thermomix, que como muchas de vosotros la tendréis quizás os pueda interesar.
Tengo más cosas saltando de neurona en neurona, pero han de madurar para poder comentároslas, sorpresa.
Y después de todo el rollo que os acabo de soltar vamos a por la receta de hoy.
Carrot cupcakes, una delicia de muerte lenta, os lo puedo asegurar, además es, no fácil, si no lo siguiente. Si a eso añadimos que no es de los más calóricos que existen (bueno, ejem, la cheese cream no es lo mejor, pero la podéis sustituir por un merengue por ejemplo y también vamos reduciendo calorías) no se le puede pedir más.
Vamos a por ella.
INGREDIENTES (para 6 cupcakes):
120 gr de harina con levadura incorporada.
100 gr de zanahoria rallada.
1 huevo mediano.
75 gr de azúcar moreno.
50 ml de aceite de girasol.
Una pizca de canela (o algo más, depende de cuanto os guste).
Una pizca de sal.
30 gr de nueces picadas.
1/2 cucharadita de extracto de vainilla.
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico.
ELABORACIÓN:
En primer lugar mezclamos el azúcar con el aceite y el extracto de vainilla hasta que quede bien integrado.
Añadimos el huevo y mezclamos hasta que quede totalmente incorporado.
Añadimos las nueces y la zanahoria y mezclamos con una espátula y movimientos envolvente.
Por último añadiremos la harina junto con la sal y el bicarbonato sódico, previamente tamizado, y lo mezclaremos con una espátula y movimientos envolventes.
Pondremos la masa en los moldes, hasta 1/3 de su capacidad.
Los introducimos en el horno, precalentado arriba y abajo sin ventilador, a 160º, y los tendremos entre 18-20 minutos (depende del horno), para saber si están hechos podemos introducir un palillo y ver que este salga limpio.
La cobertura es una cheese cream, la podéis encontrar AQUÍ, a la que le añadí un poco de colorante naranja.
Es recomendable guardarlos en la nevera, pero sobre todo, sacar entre media y una hora antes de consumir, dependiendo de la temperatura ambiente.
Como veis la receta es para 6, así os facilito que podáis hacer la cantidad que consideréis mejor.
Y esto es todo por hoy.
Si queréis estar un poquito más al día con mis aventuras no tenéis más que seguirme a través de las redes sociales.
Un beso enorme a todas/os.