Ahora que llega la navidad y las opíparas comidas en casa, un cocktail es una estupenda opción para ir haciendo boca o degustar con los aperitivos. El recetario de cocktails es casi infinito y dependerá de nuestros gustos, pero también de los del resto de invitados.
El Cocktail de cava y piña gusta a casi todo el mundo, ya que es suave y refrescante, combinando el dulzor del cava con el ácido de la piña.
Para hacer este cocktail necesitaremos:
Una piña: que sea de tamaño grande y esté ligeramente madura.
Una botella de cava: no hace falta que compremos uno demasiado caro, una botella de unos 6 euros de cava semi-seco funcionará perfectamente.
Empezamos pelando y limpiando de semillas la piña y la pasaremos por la licuadora. La colocamos en un bol grande, en el que añadiremos cuatro o cinco cucharadas de azúcar moreno y removeremos hasta que este se deshaga.
Enfriamos, añadiendo unos diez cubitos de hielo y removiendo con un cucharón hondo. Le incorporamos la botella de cava, procurando que no haga demasiada espuma y seguimos removiendo con suavidad para mezclar bien los dos líquidos.
Ya lo tenemos a punto para servir en copas de martini. Para acabar de darle un toque dulzón, podemos escarchar el borde de las copas con un poco de azúcar. Para ello, ponemos en un plato plano un poco de agua e introducimos la copa invertida en él, pasando a continuación la parte mojada por el azúcar que habremos colocado en otro plato plano.
Bola extra: para hacerlo más suave y elegante, podemos colar el zumo de la piña antes de mezclarlo con el cava, aunque a mi me gusta que se nota un poco la pulpa. Si no tenemos piña natural, podemos prepararlo con zumo de piña de bote, aunque en ese caso no hace falta que le añadamos azúcar, ya que estos zumos suelen ser bastante dulces.