Se compone de agua e hidratos de carbono con gran aporte de fibra.
Tiene un gran aporte de minerales como el sodio, potasio, calcio y fósforo.
Vitaminas B1, B3 y un aporte mínimo de vitamina C.
Es un gran diurético, por eso la aconsejan mucho para dietas de pérdida de peso y absorbe el colesterol en el intestino.
Sus flores contienen fermento "lab", que sirven como cuajo para la elaboración de leche y quesos, al igual que las del cardo. Estos quesos reciben el nombre de "queso flor".
Su utilización como preparado a partir de extractos de alcachofera, está contraindicada para pacientes con piedras en la vesícula biliar, embarazadas, y menores de 12 años entre otros.
INGREDIENTES:
7/8 alcachofas medianas
sal y pimienta
aceite
perejil
3 dientes de ajo
Para limpiarlas: Agua, bicarbonato y vinagre
ELABORACIÓN:
Con la ayuda de un cuchillo de sierra (yo utilizo el del pan) corta los extremos de la alcachofa.
Lava debajo del grifo.
Coloca en un bol grande donde habrás puesto abundante agua con una cucharada de bicarbonato y una cucharada de vinagre.
Deja reposar unos minutos para que suelen todas las impurezas.
Precalienta el horno a 180ºC.
Pasados unos 15 minutos, lava una a una debajo del grifo y coloca encima de una fuente de horno.
Salpimenta.
Añade unas gotitas de aceite entre las hojas.
Coloca la bandeja en el horno.
Deja unos 30/35 MINUTOS.
En un mortero, añade 3/4 dientes de ajo y un poco de perejil. Pica muy bien.
Añade agua hasta mitad del mortero, y con ayuda de una cuchara vierte encima de cada alcachofa.
Deja hornear unos 10 MINUTOS más.
El tiempo de horneado dependerá de cada horno. Si vieras que le falta un poco, apaga el horno, tápalas con papel de aluminio y déjalas dentro del horno (sin abrir la puerta), se terminarán haciendo.
Es mi verdura preferida, y me encanta cómo quedan horneadas de esta manera.
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