Ingredientes:
– 1 costillar de cerdo.
– 1 cebolla.
– 200 mililitros de vino tinto.
– 1 tomate maduro.
– 2 dientes de ajo.
– 1 zanahoria.
– 1 puerro.
– La ralladura y el zumo de ¼ de limón.
– 3 cucharadas soperas de Kétchup.
– 3 cucharadas soperas de salsa barbacoa.
– 1 cucharadita de orégano.
– Sal.
Elaboración:
En una sartén se fríen ligeramente los dientes de ajo con su piel. En una olla grande se colocan las costillas y se añade los dientes de ajo, la cebolla pelada y cortada, el tomate cortado, el puerro y la zanahoria. Se añade el vino y la sal y se cubren con agua.
Las costillas tienen que estar cociendo durante dos horas a fuego medio bajo para que luego resulten tiernas a la hora de llevártelas a la boca. Para saber si están cocinadas, lo mejor es pincharlas con un cuchillo para ver si entra y sale.
Sacamos y ponemos las costillas en una fuente apta para horno (el caldo lo podéis guardar para otra preparación, en cualquier guiso queda delicioso). En un bol se mezcla la salsa barbacoa, con el limón, el kétchup y el orégano. Con esta nueva salsa se pintan las costillas con un capa generosa y se meten al horno, previamente precalentado con calor arriba y abajo, durante 15 minutos a 180 grados. A mitad del cocinado, sacáis las costillas les das la vuelta y pintas de nuevo con salsa. Una vez sacadas del horno ya están listas para degustar.
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