¿Te gustaría hacer una crema sin necesidad de añadir nata (crema de leche)? Hoy descubrirás cómo hacer una crema ligera de pollo con alcachofas y tomates secos, que no lleva ni nata (crema de leche), ni quesitos, ni nigún elemento "cremoso". Vas a comprobar qué crema más rica, fácil y sana. Apunta ya esta receta sana de Susana.
Normalmente, a las cremas, a diferencia de los purés, se les suele añadir algún elemento cremoso, nata (crema de leche), quesitos, mantequilla,etc. La crema ligera de pollo de hoy no llevará ninguno de estos elementos, quedará con un sabor y una textura muy suaves y, sobretodo, será muy baja en calorías, por lo que resulta ideal si estás haciendo alguna dieta de adelgazamiento.
Uno de los ingredientes clave para esta receta sana es la alcachofa. Además de servir de guarnición, aprovecharemos todo el sabor del caldo de cocción para hacer la crema.
Te recuerdo que la alcachofa es una excelente fuente de fibra. Tiene en su composición una buena dosis de inulina, un compuesto que estimulará el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas (efecto prebiótico).
¡No te pierdas esta crema ligera de pollo con alcachofas y tomates secos!
Ingredientes para 4 personas:
16 alcachofas frescas
1 limón
Una pizca de sal
Agua para la cocción
La sal que pongas al cocer las alcachofas será la que luego quede en el agua de hervirlas, por lo que esa pizca de sal sería la cantidad que te pudieras tomar si te bebieras ese agua.
Recuerda siempre ponerle freno al consumo excesivo de sal.
Para la crema de pollo:
2 pechugas de pollo limpias de piel y huesos
1 taza del agua de cocción de las alcachofas
1 taza de caldo de pollo
Pimentón picante al gusto
1/2 cucharadita de tomillo
1/2 cucharadita de nuez mosca
4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
2 ó 3 tomates secos
Una pizca de sal (ten en cuenta que el resto de cosas ya lleva sal)
Preparación de la crema ligera de pollo
1. Cocemos las alcachofas. En primer lugar, pelamos las alcachofas y les pasamos un limón para que no se oxiden y se pongan negras. Las ponemos en una olla y cubrimos con agua, añadimos sal y dejamos hervir hasta que estén blandas (20 min aprox.). Reservaremos el agua de las alcachofas (es muy diurética y sirve como infusión).
Una alternativa para evitar la oxidación de las alcachofas es poner un manojo de perejil en el agua de cocción, es un agente antioxidante bastante eficaz.
2. Cocemos el pollo. Envolvemos las pechugas de pollo en film transparente, haciendo paquetes como si fueran caramelos grandes y los pondremos a cocer al vapor 20 min (depende del tamaño de las pechugas). Si no tienes vaporera, puedes utilizar el microondas pero siempre echándole un OjO para que no pasen.
3. Hacemos la crema de pollo. Troceamos las pechugas y las ponemos en el vaso de la batidora junto con el pimentón, el tomillo, la nuez moscada, un poco del caldo de pollo y un poco del agua de la cocción de las alcachofas. Trituraremos hasta obtener la crema y, si fuera necesario, se le añadiría más caldo y agua de cocción de la alcachofa (por si te gusta más cremosa o más ligera). Corregimos de sal por si acaso.
Reserva algún trozo de pechuga sin triturar, para luego picarla y ponerla por encima de la crema.
4. Emplatamos. Picamos los tomates secos en trocitos muy pequeños. Servimos la crema en un plato, encima las alcachofas y le espolvoreamos los tomates secos picados y los trocitos de pollo que teníamos reservados. Rematamos la crema con chorreoncito de aceite de oliva virgen extra.
¡Una crema súper sana y muy sabrosa!
¡Cuídate disfrutando, disfruta cuidándote!
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Colaboración de Susana Casanova (foodie, viajera, soñadora y socia fundadora de la Asociación de Cocineros y Reposteros Amateurs de España, ACRAME).
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Fuente: este post proviene de El Saber Culinario, donde puedes consultar el contenido original.
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