Con la llegada del Adviento que el domingo 29 de Noviembre se inició, restan ya tan solo 2 domingos antes de la llegada de la Navidad.
En muchos países nórdicos, durante estos domingos previos, es tradición colocar una corona elaborada con hojas verdes y cuatro velas, cada una en representación de cada domingo de Adviento. Me gustan en particular porque representan una cuenta atrás hacia las fiestas por llegar.
Por supuesto, otra de las cosas que más disfruto en estos días es el horneado de repostería navideña, tanto de productos tradicionales españoles como de repostería alemana, que juntos, dan para infinidad de recetas, tantas o más que días tiene el Adviento y la Navidad juntas. Es un gustazo preparar en familia o con amigos unas deliciosas galletas o mantecados o cualquier otro producto típico de estas fechas y hornearlas disfrutando de aromas tan especiales como la canela o el jengibre.
Hoy voy a hacer un guiño a la Navidad en Alemania. En éste país, estas fechas están repletas de rituales y tradiciones preciosas. Todo el país se llena de mercados navideños en los que, aparte de vender objetos para decorar nuestras casas, comer un delicioso Currywurst junto a unos típicos bretzel, se puede beber Glühwein, un vino tinto especiado con canela, clavo, cáscara de limón y anís estrellado y que se toma bien caliente y que no podía ser de otra manera por la rasca que a estas alturas del año hace en este país.
En Alemania, a las galletas típicas elaboradas en estas fechas se las denominan "Plätzchen". Hay de muchos tipos y las recetas suelen diferir bastante, no sólo de una región a otra, sino también de una casa a otra. Si hay algo en común en estas galletas, son tanto los olores como los sabores a las especias que las integran y que por estos lares son casi omnipresentes, la canela, el jengibre y el clavo.
Si tuviera que elaborar una lista con las galletas alemanas que más me gustan, en ella estarían las siguientes (remarcadas las que están elaboradas en este blog):
◘Lebkuchen.Galletas en las que predomina el jengibre, aunque llevan también miel y muchas otras especias como canela, clavo, etc. Se suelen adornar con chocolate o glaseado)
◘Mandelschnitten. Estas son galletas de almendra con avellana y recubiertas en las puntas con chocolate.
◘Spekulatius. Galletas especiadas de canela y que se hacen con moldes especiales, predominando dibujos navideños y que recuerdan a San Nicolás.
◘Zimtsterne. Estrellas de canela y almendra con baño de merengue a base de clara de huevo y azúcar glas.Y por supuesto las protagonistas de hoy y uno de mis preferidos Plätzchen: cuernecillos de vainilla o Vanillekipferl que son galletas en forma de media luna y rebozadas en azúcar glas y azúcar avainillado.
Sé por fuentes bien cercanas, que lo habitual es elaborar gran cantidad de diferentes galletas que luego se regalan en latas decoradas con motivos navideños al resto de familiares y amigos. Mi cuñada Tanja que vive en un pueblecito de Alemania llamado Löchgau, comienza ya en estos días a darse el lote de hornear galletas que no solo regala en su entorno más cercano, sino que envía cada año y por correo un montón de cajitas preciosas repletas de estas auténticas delicias a la parte española de la familia.
El año pasado me sumé también a esta tradición de preparar Plätzchen durante el Adviento y este año repito y comienzo preparando estos deliciosos cuernecillos con un sabor sorprendente a vainilla y una textura suavemente crujiente que deshace en la boca al primer bocado. A pesar que tanto sabor como textura van ganando calidad con el paso de los días, es bastante improbable que duren tanto y no solo por su maravilloso sabor, sino por su pequeño tamaño.
La receta de las Vanillekipferl pueden diferir dependiendo del país donde se elaboren que abarca no solo Alemania y Austria, sino a otros países del centro y este de Europa. La adición de yema de huevo o no, y los frutos secos empleados, dan el sello de cada país a estas galletas.
Algunos de vosotros estaréis pensando en su gran parecido en forma y textura con los también deliciosos cuernos de gacela (kaab el-ghazal), muy apreciados en todo el mundo árabe, con la diferencia de que éstas llevan agua de azahar en su composición y este toque a cítricos les confiere un sabor exquisito.
Más adelante iré subiendo otras recetas que forman parte de la repostería de Adviento y Navidad en Alemania, pero ahora nos centramos en los cuernecillos de vainilla.
Con esta receta participo en el II Reto "las cuatro Estaciones" El invierno, que Inmaculada elabora desde su blog Perfileando para cada inicio de estación, un blog con propuestas preciosas en forma de imagénes que nos pueden ser útiles para decorar cualquier rincón de nuestro hogar o como fondos de ordenador o móvil y en las que predomina el estilo vintage, os recomiendo su visita.
❁34 unidades❁
Masa de las galletas
180 gr de margarina
155 gr aproximadamente de harina de repostería
185 gr de almendra molida
50 gr de azúcar avainillado
2 yemas de huevo
Unas gotas de esencia de almendra (opcional)
Decoración de las galletas
Azúcar glas
Azúcar avainillado
❆❆❆❆
Mezclar todos los ingredientes a excepción de la harina. Una vez bien ligados, verter poco a poco la harina tamizada hasta lograr una masa que no sea demasiado pegajosa y que envolveremos en film plástico. La dejamos enfriar en la nevera un mínimo de 2 horas aunque yo suelo dejarla toda la noche.
Precalentar el horno a 200ºC.
Pasado el tiempo de enfriamiento, retiramos el plástico y tomamos porciones de masa con las que formaremos bolas de unos 2 cm de diámetro.
Formadas todas las bolas, les vamos dando la forma de cruasán o cuernecillos característica y las disponemos sobre una placa de horno engrasada o mejor con papel de horno.
Si la temperatura ambiente no es demasiado fresca, es conveniente refrigerar las galletas una vez puestas en la bandeja del horno por espacio de 30 minutos, esta vez sin tapar.
Hornear a 200ºC con calor arriba y abajo durante 10 minutos o hasta que las puntas de los cuernecillos se doren levemente.
Sacar del horno y aún calientes, se rebozan con mimo en una mezcla de azúcar glas y azúcar avainillado. Dejar enfriar del todo.
Se guardan en cajas metálicas y se conservan durante muchos días en perfectas condiciones, incluso mejoran su sabor.