Nunca había oído hablar de esta receta hasta que me la encontré en uno de mis blogs preferidos, Mercado Calabajío. Se la dedico a mi amiga Cristina, que es la reina absoluta de los guisantes, pero de los buenos, eh, frescos y recién desgranados. Estoy segura de que disfrutaría mucho de este plato. Aprovecho para mandar un beso gordísimo también a su peque y a su marido, que sé que me lee :)
Ingredientes:
1 kilo de guisantes frescos con vaina o medio kilo de guisantes congelados.
Medio paquete de soja texturizada gruesa (la mía, de El Granero Integral)
Pimentón ahumado
5 tomates de pera rallados
1 cebolla morada
2 dientes de ajo
laurel y tomillo
hierbas provenzales
1 vaso de caldo vegetal
Aceite de oliva VE y sal
Preparación:
Hidratamos la soja texturizada con agua caliente. Cuando esté bien blandita, la escurrimos bien y la adobamos con el pimentón ahumado. Como siempre con los adobos, cuanto más tiempo, mejor.
Se desgranan los guisantes si son frescos y se reservan. Se sofríe a fuego medio la cebolla cortada en daditos, el laurel y los ajos (yo los rallo con el microplane, pero también se pueden majar en el mortero o cortar en daditos muy pequeños). Cuando la cebolla esté blandita, añadimos los tomates rallados, las hierbas provenzales, el tomillo y la sal.
Bajamos el fuego y dejamos que el tomate se haga leeeeentamente, que quede una salsita bien concentrada y espesa. Cuando esté, añadimos los guisantes, la soja y el vaso de caldo. Cocinamos a fuego medio hasta que la mayor parte del caldo se haya evaporado y los guisantes estén tiernecitos.
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