Con la llegada del verano, se suelen hacer ciertas transformaciones en la cocina para adaptar ésta a las altas temperaturas. Por ejemplo, se sube la potencia del frigorífico para que enfríe más y evitar que ciertos alimentos se pongan en mal estado antes de lo normal; no falta en casi ninguna casa una botella de agua del grifo en el frigorífico; y el frutero que adorna la encimera toma posiciones en la nevera para refrescarnos tomando fruta bien fría.
Los menús diarios también cambian radicalmente. De guisos consistentes, pasamos a ensaladas, gazpachos, sopas y cremas frías. Los bizcochos recién horneados, dan paso a tartas frías y a helados y los refrescos y zumos abundan más para tomar como aperitivo o merienda en la terraza. Por otro lado, se extrema también la higiene en esta estancia y, sobre todo, en los alimentos que se cocinan, puesto que el calor propicia la proliferación de los microbios.
Si quieres que tu cocina y todo lo que preparas en ella esté a punto para soportar las altas temperaturas veraniegas, toma nota de los consejos y trucos que te damos.
Adapta tu menú
Los platos consistentes y los asados se comen muy esporádicamente puesto que el calor no ayuda a la digestión y es más recomendable optar por opciones más livianas que la faciliten como ensaladas. Dentro de ellas las opciones son enormes: de pasta, con pollo, con conservas... Los purés y cremas calientes es más placentero elaborarlos en sus versiones frías, y dentro de ellas, el gazpacho, no debe faltar como opción para tomar no sólo como plato de un menú, sino como aperitivo o, incluso, como merienda.
En cuanto a los dulces, los bizcochos o tartas calientes que suponen usar electrodomésticos que elevan la temperatura de la cocina, es recomendable que se sustituyan por las delicias propias de esta estación: los helados y sorbetes. Existen en el mercado gran variedad de heladeras que te permiten hacerlos tú mismo en poco tiempo y con productos 100% naturales. Para cumpleaños o eventos especiales, las tartas frías y heladas son una versión que todos los invitados agradecerán.
La hidratación es fundamental
Los expertos aconsejan beber siempre dos litros de agua al día. Esto hay que seguirlo especialmente en verano, puesto que la pérdida de este líquido es mayor con el calor. Si bebes agua del grifo, en este época puede salir un poco más caliente por el aumento de temperatura de las tuberías. En lugar de malgastar agua dejándola correr, hazte con una botella de cristal o plástico vacía, llénala y consérvala en el frigorífico. Pero el agua no es la única opción que tenemos para hidratarnos. Los zumos de frutas naturales son ideales para ello, además de que ayudan también a cargarnos de nutrientes y vitaminas. Otras refrescantes fuentes de hidratación son los sorbetes y los granizados.
No debemos olvidarnos de los refrescos de todo tipo de los que disponemos en el mercado. Las versiones light o sin azúcares son más convenientes, lo que no quiere decir que las 'normales' sean poco recomendables a pesar de los muchos mitos que existen en torno a ellos. Consumir sin excesos es siempre la opción correcta. De igual forma, las veladas en la terraza y jardín en este época del año son perfectas. Para hacerlas aún mejor, puedes elaborar tus propios cócteles y combinados, con o sin alcohol, pero siempre con muchos hielo.
Higiene en la cocina e intoxicaciones
El calor propicia el desarrollo de las bacterias, por lo que en la cocina hay que tener especial cuidado en ciertos aspectos para evitar problemas. Así, por un lado, hay que mantener esta estancia de la casa lo más limpia posible siguiendo pautas de higiene básicas como, entre otras, la limpieza diaria de la encimera y de los tiradores del frigorífico y el congelador, puesto que está demostrado que estas zonas son las que más microorganismos acumulan. De igual forma, si nos vamos a ausentar una temporada, hay que cuidar ciertos aspectos como no dejar nada de residuos en el cubo de basura y hacer un chequeo de la nevera para no dejar nada que pueda ponerse en mal estado.
En esta época del año se producen más intoxicaciones alimentarias, sobre todo por el consumo de pescado y marisco en mal estado. Es aconsejable dejarlo más de dos días en la nevera sin consumir y prestar atención a su color y a su olor.
Otro alimento susceptible de dar problemas frente al calor es el huevo, ya que puede contener la bacteria que produce la Salmonella. Conservarlos en la nevera y cocinarlos bien es fundamental para evitar problemas de salud. Muchos restaurantes y bares no usan huevos para elaborar sus tortillas o salsas, sino que emplean la huevina o, directamente, para ciertas salsas como la mayonesa, hacen la versión denominada lactonesa, hecha con leche en lugar de huevo.
Teniendo en cuenta estos sencillos consejos relacionados con la cocina, disfrutarás del verano como nunca.
Imágenes por orden de aparición: tomatoes and friends/Flickr; facilisimo.com/iraya28; Krikit ♥/Flickr y Eloïse L/ Flickr.