Conociéndola
La dieta macrobiótica es una combinación de distintos alimentos, se busca encontrar un equilibrio cuerpo-mente. “El sistema macrobiótico preconizado por Oshawa consiste en una serie de diez dietas que van de menos tres a más siete”, nos explica la especialista. Es decir, son dietas que se basan en una escala numérica que representa el consumo creciente o decreciente de ciertos alimentos.
González Caballero nos resume sobre la dieta macrobiótica en diez dietas de la siguiente forma: las cinco primeras se sitúan en una escala de -3 a +2, e incluyen cantidades decrecientes de alimentos de origen animal. Las dietas restantes, situadas entre el +3 a +7, son exclusivamente vegetarianas y contienen un consumo creciente de granos de cereales, hasta llegar a la dieta siete basada exclusivamente en granos de cereales groseramente triturados.
Los puntos clave
Además de esas diez dietas de la dieta macrobiótica, la experta nos apunta los principios básicos hay que tener en cuenta en la dieta macrobiótica:
Eliminar alimentos industriales (azúcar, conservas, colorantes…) por estar adulterados No tomar ingredientes químicos. Esto incluye no consumir frutas ni verduras cultivadas o tratadas con abonos químicosNo tomar alimentos procedentes de los países alejados del lugar donde se vive.Cocinar los alimentos con aceite vegetal o agua, en recipientes de barro cocido, pyrex o de hierro esmaltado y salar con sal marina no refinada ni enriquecida.Consumir las verduras de cada estación.
Reducir al máximo la ingesta de líquidos.No tomar café (sólo se admite beber té natural de China y de Japón).Evitar las hortalizas calificadas como Yin (su energía es debilitante), como por ej. patatas, berenjenas y tomates.Consumir cereales como el arroz integral, trigo, alforfón, centeno, maíz, cebada o mijo, cocidos o crudos, hervidos o salteados, al horno o a la crema. Son alimentos Yan, es decir, su energía es tonificante.Masticar cada bocado por lo menos 50 veces.
Contraindicaciones
Lo que se aboga desde siempre por parte de dietistas y nutricionistas, es que una dieta variada es lo mejor para nuestra salud. Por ello, las restricciones de consumo de ciertos alimentos que tiene la dieta macrobiótica, y el abuso de otros, puede ser perjudicial. Así, si la dieta es exclusivamente cerealista, como comenta González Caballero, “se llega a caer en un desequilibrio por la carencia de proteína de buena calidad (los cereales contienen poca lisina).
Además, en algunos casos, hay riesgo de sufrir anemia ferropénica, por falta de hierro, o hipocalcemia, por falta de calcio. También se puede crear un déficit de vitaminas A, D, B12, y vitamina C. “La reducción del consumo de agua constituye un peligro que se manifiesta por deshidratación e insuficiencia renal”, añade a todo lo anterior la especialista. Por todo ello, no es en absoluto recomendable para ser seguida por niños en edad de crecimiento.
Como cuando se inician todas las dietas o se lleva a cabo cualquier cambio en la alimentación habitual, es necesario buscar el asesoramiento de expertos en nutrición y dietética para evitar riesgos para la salud. En el caso de esta dieta macrobiótica, aunque no se busque estrictamente adelgazar en sí, también debemos contar con el apoyo de expertos. Así, el equilibrio cuerpo-mente será más completo y, sobre todo, seguro.