La gastronomía española es de las más ricas y saludables del mundo, pero muchos no saben cuáles son los alimentos y recetas que la hacen tan especial. Para que no exista ese desconocimiento, organismos de todo tipo realizan eventos, ferias y desarrollan todo tipo de información. La Plaza, Mercado Gastronómico Urbano de Madrid, promovido por la Fundación Temas de Arte, es una de esas iniciativas. Entre sus cometidos destacan el fomento y la difusión del arte y la gastronomía típica de nuestro país.
La quinceava edición de este mercado, que se realiza cada tres meses en conocidas plazas madrileñas, se celebró entre los días 4 y 7 de junio en la Plaza de Prosperidad. Como en todas las ediciones, se expusieron y presentaron, tanto para adquirir como para degustar, productos de nuestro país de gran calidad y a precios muy asequibles. Te mostramos algunas de las delicias que allí descubrimos y que se podrán ver en próximas ediciones.
Los embutidos tenían un protagonismo especial en el mercado. Entre curiosidades como el chorizo de jabalí o el jamón de ciervo asturiano, sobresalía el aroma que desprendía la morcilla de Burgos. Los fabulosos jamones Pata Negra de Salamanca tampoco pasaban desapercibidos.
Los quesos de las tierra españolas tienen fama internacional. La mayor parte de los puestos contaban con sus propias variedades. Junto a las piezas clásicas no faltaban cremas para untar como la Torta del Casar o una que gustó a muchos: la de Cabrales, elaborada con este queso y sidra asturiana.
Las conservas ocupan un papel muy importante en nuestra gastronomía. Son famosas las de pescados elaboradas en el Norte, como las de bonito que podían adquirirse en el puesto de Cantabria. Por otro lado, las de hortalizas, como las de alcachofas o espárragos navarros, eran también muy numerosas.
Galicia contaba con dos grandes puestos que aglutinaban a muchos curiosos. En uno, se podía degustar lacón, pulpo y otros productos típicos acompañados de vinos de la tierra; en el otro, las tartas, los panes y las empanadas abrían el apetito de todos.
A los que les vuelve loco el dulce no podían dejar de pasarse por el puesto cántabro, donde abundaban las corbatas de Unquera, los sobaos pasiegos y las quesadas artesanas. También Vizcaya desplegó toda su riqueza repostera con deliciosas tartas de queso, cocadas y su afamada Torta de Chicharrones.
La variedad de caramelos artesanos propios del levante y de la costa catalana era bastante amplia: de dulce de leche, crema catalana, vainilla y chocolate… Málaga, por su parte, pensó en el calor estival y mostró sus afamados helados, entre los que llamaba la atención uno con sabor a gazpacho. En total, una representación muy acertada y deliciosa de la gastronomía española.