Un símbolo de los banquetes de las bodas ha sido tradicionalmente la tarta. Hace años, ésta era prácticamente igual en todas las celebraciones: solía contar con varios pisos, ser de color blanco (de nata) y bizcocho borracho y estaba decorada en su parte más alta con dos figuritas simbolizando a los novios. La modernidad en éstas se reflejó en la posibilidad de personalizar la tarta al gusto del nuevo matrimonio, buscando otros formatos y apariencias tanto en el pastel como en las figuras.
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Seguro que estas tartas te suenan, al igual que el siempre divertido momento de los novios cortándola y probándola con ayuda de una espada. Sin embargo, el siguiente paso evolutivo dentro de los banquetes de boda ha llevado a que ésta tienda a desaparecer. Muchos restaurantes y caterings ofrecen en su lugar una variada y cuidada selección de postres propios de la más alta cocina.
Por ejemplo, en Pou Catering de Sevilla, en sus menús de bodas no vemos el reclamo de ‘Tarta Nupcial', pero sí unos deliciosos postres: un parfait de chocolate con coulis de frambuesa, o un tiramisú con salsa de chocolate caliente, entre otros. En el caso del Club de Tiro de Madrid, la tarta queda sustituida en sus menús de boda por tres postres: nube frutal en textura, cremoso de turrón a los dos chocolates y sorbete de cítricos. Un cambio que, por lo menos, no pinta mal.
¿Cuál crees que puede ser la razón de esa eliminación de la tarta nupcial? ¿En la última boda a la que fuiste hubo tarta?