Septiembre es el mes de temporada de los arándanos. Estos fabulosos frutos de color rojizo o azulado, dependiendo de la variedad, no sólo resultan sabrosos, sino que además contienen una gran cantidad de beneficios para la salud. Quizá con un gusto algo ácido para tomarlos al natural, lo más común es degustarlos en mermeladas, bebidas alcohólicas o repostería. En los últimos años la gastronomía más tradicional los está rescatando como guarnición en algunos platos, sobre todo en carnes de caza, haciéndose un hueco en cada vez más cocinas.
La mayoría de la producción mundial procede de Estados Unidos y Canadá, donde este fruto es más popular. Es tradicional en el día de Acción de Gracias, una festividad muy señalada en Norteamérica en la que estos frutos se consumen de manera masiva. Podemos distinguir dos variedades diferentes: los arándanos de color azul muy oscuro, los más conocidos y más utilizados en pastelería, y los arándanos rojos, con un jugo algo más ácido.
Beneficios para la salud
Los arándanos fueron una parte muy importante de la alimentación del hombre prehistórico y ya en el siglo XII algunas de sus propiedades fueron recogidas en un Tratado de Medicina de la época. Además de ser un alimento bajo en calorías, apenas 42 por cada 100 gramos, tiene alta cantidad de vitamina C, que funciona como antioxidante para proteger el organismo de múltiples enfermedades y es indispensable en cualquier dieta sana.
Los médicos y científicos estudian además las propiedades de estos frutos como alimento preventivo retrasando la aparición de enfermedades degenerativas como el alzheimer, el parkinson o los infartos cerebrales. Otras de las cualidades de esta fruta, consumida fresca, es su faceta de laxante, aunque si se toma seca, se convierte en el remedio perfecto para la diarrea. Además se asocian al arándano múltiples cualidades que logran reducir un colesterol elevado, algunos problemas de vista y afecciones estomacales.
Haciendo un ungüento con el fruto y aplicándolo sobre hemorroides y varices, conseguiremos calmarlas debido a sus propiedades antiinflamatorias. Igualmente los enjuagues con su zumo curan enfermedades bucales y de encías. Sus características tan beneficiosas han llevado a empresas a comercializar incluso cremas faciales de arándanos.
El arándano en nuestra mesa
La variedad negra se puede consumir directamente, aunque es muy frecuente encontrarla como elemento ornamental en dulces y repostería. La variedad roja será ideal para mermeladas o guisos porque, para disfrutar de todo su sabor, tiene que estar cocinada. A la hora de elegirlos en el mercado es aconsejable decantarse por las piezas más duras al tacto y de color más brillante pues tardarán más en estropearse. Es conveniente mantenerlos siempre en la nevera para poder disfrutar de ellos más tiempo.
Pero de todas las facetas de este exquisito fruto, el más conocido es el de la repostería, especialmente en forma de mermeladas y confituras. Te presentamos algunas buenas ideas para disfrutar de los arándanos de la forma más sabrosa.
Bizcocho de manzanas y arándanos
Ensalada de arándanos y queso de cabra