La medalla de plata en esta encuesta se la lleva la fabada asturiana, preferida por casi el 13% de los entrevistados, seguida muy de cerca por las migas extremeñas, que gustan al 11,66%. Los otros platos que fueron mencionados en esta encuesta son la escudella, la porrusalda, el caldo gallego, el cocido montañés, el puchero andaluz, arroz al horno y el botillo. ¿Te apetece tener todas estas recetas a mano?
Cocido madrileño
Se compone de sopa con fideos por un lado, por otro los garbanzos cocidos y, por otro, la carne, el embutido, los huesos y la verdura que son los que dan consistencia y un rico sabor al caldo. Te dejamos nuestra versión.
Fabada
Las fabes (judías blancas de tamaño grande) son las protagonistas de este plato tradicional de Asturias. Los embutidos acompañan a la legumbre en un guiso que se cocina a fuego lento, como vemos en la versión de la fabada del blog Azafrán de Hebra.
Migas extremeñas
Receta para aprovechar el pan duro, mezclado en sartén con panceta, ajo, pimiento y pimentón. Si quieres hacer un plato más completo aún, no dudes en añadir un huevo frito al emplatado como hacen en el blog La Cuchara de mis Recetas.
Puchero andaluz
Este plato es muy parecido al cocido madrileño, puesto que comparten muchos ingredientes (por ejemplo, los garbanzos) y forma de elaboración, aunque lo que diferencia el puchero del cocido es que los garbanzos no se sacan del caldo y se comen con el mismo junto con la verdura. La receta del blog Cocinando Voy Recetando Vengo, es una de las muchas que existen de este plato típico de Andalucía.
Arroz al horno
Este arroz es también una receta de aprovechamiento tradicional en el levante español, en este caso para sacar partido a las sobras del cocido. Además de tener al arroz como protagonista, no faltan los garbanzos y el caldo del cocido, así como algún embutido (morcilla sobre todo), costillas y, en algunas casas, patatas en rodajas. Te cuentan cómo puedes hacerlo desde el blog Mucho más que cupcakes.
Escudella
A grandes rasgos, podríamos decir que es el cocido típico de Cataluña, con sus garbanzos, su caldo hecho con verduras, carne y hueso, pero tiene dos peculiaridades: la pilota y los galets. La primera es una especia de albóndiga grande que se cuece con el caldo y luego se reparte entre los comensales; y los segundos, son como unas caracolas de pasta que se emplean en lugar de fideos. Puedes ver explicada esta receta al detalle en el blog de Per sucar-hi pa.
Cocido montañés
Un plato consistente que no falta en invierno en las casas de Cantabria y que se diferencia de los demás cocidos vistos en este post en el que la legumbre protagonista no es el garbanzo, sino la alubia blanca. Lo que sí comparte con otros cocidos es la elaboración a fuego lento del caldo con embutidos, huesos y carnes, además de verduras, destacando en este caso el uso de la berza. Aprende a prepararlo con la receta del blog La Cocina de Masito.
Caldo gallego
Por supuesto, no podía faltar el cocido típico de Galicia. Como en la anterior receta, la legumbre empleada son las alubias, y como en todos los cocidos que ya hemos visto no faltan la carne, los huesos y embutidos. La peculiaridad de este caldo es que se añaden a la cocción grelos, una de las verduras típicas de Galicia. Y que se emplea unto para hacer el caldo, que es, nada más y menos que grasa de cerdo.
Purrusalda o porrusalda
Su nombre, en euskera, se traduce al castellano como caldo de puerro. Se trata de una sopa en la que ingredientes estrella es el puerro, pero que también lleva patata, zanahoria y cebolla, y la base es el caldo de pollo. Este plato de cuchara es mucho más ligero que los demás guisos vistos anteriormente. Puedes prepararlo siguiendo la receta del blog Hoy Comemos Sano.
Botillo
Un plato típico de León, de la zona del Bierzo. En realidad, el botillo en sí es un embutido que se compone de varias piezas del despiece de cerdo que se condimentan y adoban. Este embutido se vende tal cual y tan solo hay que cocerlo a fuego medio en agua y se suele acompañar de patatas cocidas y repollo.
Escoge la receta que prefieras para disfrutar de sensacionales platos de cuchara en invierno.