Por su tierna textura, sabor suave y gran aporte nutricional, la carne de pollo es un alimento básico presente en la dieta de la mayoría de las personas de todas las edades. Es más ligera y más fácil de digerir que las carnes rojas. Además posee un gran número de vitaminas y minerales, así como proteínas de alta calidad, con un contenido calórico bajo y grasas saludables que ayudan a proteger el corazón. Es una gran fuente de energía para deportistas y también muy recomendada para personas con hipertensión arterial por su bajo contenido en sodio.
Del pollo se aprovechan todas sus partes, pechuga, muslos, alas, hígado, corazón, carcasa… Pero hoy me voy a centrar en la pechuga que es la que más se consume en casa, por ser la carne más tierna y con menor contenido en grasas.
La he combinado con otro super alimento como son las almendras. Con ellas el plato se enriquece desde el punto de vista nutricional porque sus beneficios son múltiples, destacar la gran cantidad de vitaminas, proteínas, minerales, grasas saludables, agua e hidratos de carbono que poseen. En lo que se refiere a las vitaminas, observamos por ejemplo su contenido en vitamina E, A, D, C, PP, B1 y B2. Mientras que también poseen minerales, tales como el calcio, fósforo, hierro, potasio, magnesio, sodio, azufre, cobre, zinc, manganeso y cloro. En lo que tiene que ver a su contenido en grasas, dos terceras partes corresponden a ácido oleico, siendo muy positivo su consumo para ayudar a combatir o prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares, así como para reducir los niveles de colesterol alto. También cuentan con ácido linoleico omega-6, un ácido graso ciertamente esencial para la dieta. Al igual, poseen agua y fibra, por lo que son ideales para combatir los casos de estreñimiento.
Por todo lo expuesto anteriormente, este plato se convierte en una fuente de vitaminas, proteínas y minerales perfecta para afrontar el día a día. Y ni que decir tiene que su sabor es deliciosamente bueno sin aportar calorías de más ya que no he usado nata ni otro tipo de grasas en su elaboración, simplemente me he basado en un poco de queso crema light para aportare untuosidad a la salsa. Si la probáis os garantizo que repetiréis, por su simplicidad en la preparación y maravillosa mezcla de sabores.
Ingredientes:
-4 pechugas de pollo
-1/2 puerro
-70 gr. almendras
-100 gr. queso crema light
-3 cucharadas de leche
-Aceite de oliva, Sal y Pimienta
Preparación:
Comenzamos lavando muy bien el puerro, lo picamos finamente y freímos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva junto con las almendras. Cuando estén doraditos, los sacamos y lo trituramos en la picadora. Ponemos la mezcla en un bol y le añadimos el queso crema y la leche. Removemos bien y reservamos.
Por otro lado, troceamos las pechugas de pollo en cuadraditos, las salpimentamos y las doramos en el mismo aceite donde habíamos salteado el puerro y las almendras.
Para servir, ponemos los trocitos de pechuga en el plato y vertemos sobre estos la salsa de almendras.
Sugerencias:
*Resulta ideal si se acompaña de arroz blanco o patatas hervidas.
*Puedes usar el queso crema versión normal o sustituirlo por un yogurt natural.
¡Dedícate tiempo, disfruta cuidándote!