La "Kentucky Fried Chicken (KFC)" comenzó a funcionar como franquicia allá por los años 50 en Estados Unidos. Desde entonces hasta ahora, el negocio se expandió como la espuma por todo el mundo. Está especializada en pollo frito cuya receta se mantiene en secreto, al igual que la de la Coca-Cola, aunque sí se sabe que usan 11 especias y aromas distintos mezclados con la harina. Para que los muslos de pollo se hagan bien por dentro y la carne esté blandita, los he guisado previamente en olla superrapida durante cinco minutos, por lo que ha resultado un pollo frito crujiente por fuera y blandito y sabroso por dentro. Toda una delicia.
INGREDIENTES:
- 8 jamoncitos de pollo 5 cucharadas de vinagre de módena 1/4 de vaso de agua 1/4 de vaso de aceite de oliva 1 chorreón de salsa de soja 1 cucharadita de orégano 1 cucharadita de tomillo 1 pizca de cayena molida 1 diente de ajo machacado 1 cucharadita de azúcar 1 cucharadita de sal 1 pizca de pimienta blanca molida 1 huevo 1 vaso de harina
- Para guisar previamente el pollo necesitamos:
- 1 chorreón de Aceite de Oliva Virgen Extra.
1 vaso de agua.
PREPARACIÓN:
Sellamos los muslitos de pollo en la olla a presión destapada con un fondo de Aceite de Oliva Virgen Extra, añadimos el vaso de agua, tapamos la olla y dejamos cocer a presión máxima durante 5 minutos. Reservamos. En un bol, mezclamos todos los ingredientes de la masa, a excepción de la harina, que la añadiremos al final poco a poco hasta formar una pasta que no debe ser muy líquida.
Vamos rebozando los muslos de pollo en la pasta y friéndolos en aceite caliente a 185º durante unos 3-4 minutos hasta que los mismos estén dorados.