Semifrío de chocolate y café
¡Hola a tod@s de nuevo un lunes más! Ahora que por fin parece que se va acercando el buen tiempo, vamos a ir preparando recetas sin horno de nuevo, de esas facilitas y rápidas que tanto nos gustan. Personalmente me encanta hornear, y los bizcochos y tartas de todo tipo, pero cuando hay que preparar algo de postre o sorprender a alguien en estos días de calor, no hay nada como estas preparaciones sin horno que nos sacan de más de un apuro.
La receta de hoy es deliciosa, suave y muy rica, para los amantes del café y de los que no también, pues no tiene un sabor muy intenso ya que como bien sabéis yo utilizo variedad Moka, así que por eso no es muy fuerte, pero vosotros podéis utilizar el que más os guste sin problema. Sólo requiere de una buena integración con la espátula de todos los ingredientes, y de unas horas de congelador, no tiene más misterio. Yo he utilizado un molde de silicona (necesario en esta receta sí o sí) con hueco en medio, tipo donut, y que me permite poner frutas y decoración arriba, pero si no tenéis lo podéis utilizar liso sin problema.
Ingredientes (para un molde de unos 18cm):
6 láminas de gelatina neutra (o 10 gramos de gelatina en polvo neutra)
350 gramos de chocolate con leche
50 gramos de chocolate negro para postres
450 ml de nata para montar 35% M.G. bien fría
50 gramos de azúcar
100 ml de café espresso (yo utilizo variedad Moka pero podéis utilizar el que queráis)
200 gramos de galletas tipo María para la base
100 gramos de mantequilla derretida
Flores comestibles, frutas, virutas de chocolate…para decorar
Preparación:
Para empezar, prepararemos la base de nuestro semifrío; para ello necesitaremos un molde desmoldable o un aro de repostería unos 3-4 cm más grande que nuestro molde de silicona en el que prepararemos la mousse. Trituramos las galletas con una picadora o bien metiéndolas en una bolsa de congelado por cierre hermético y golpeándolas con un rodillo hasta dejarlas completamente molidas. Añadimos la mantequilla derretido y mezclamos bien hasta que quede una especie de pasta. Cubrimos el aro o el molde (con un papel vegetal en la base) y apretamos bien con ayuda de un vaso o espátula. Refrigeramos.
Hidratamos las láminas de gelatina en agua fría.
En un cazo, calentamos a fuego medio el chocolate con leche, el chocolate negro, el azúcar y el café espresso hasta que se derrita por completo el chocolate. Una vez listo, retiramos del fuego y añadimos las láminas de gelatina ya hidratada y escurrida. Removemos bien y reservamos.
Ahora montamos la nata hasta que haga picos firmes, que no quede ni muy blanda ni se nos pase, pues si sobrebatimos podemos convertir la nata en mantequilla.
Una vez montada vamos añadiendo poco a poco el chocolate que teníamos reservado, con movimientos envolventes y mucha paciencia, hasta que no veamos ni un solo trocito blanco de nata. Pero con muchísimo cuidado de no licuar la mezcla, este paso es fundamental para que nuestra mousse quede perfecta.
Una vez perfectamente integrada la vertemos con cuidado en nuestro molde de silicona, que habremos engrasado previamente con un poquito de spray desmoldante o mantequilla. Lo que yo hago para poder llevar el molde sin problemas al congelador es ponerlo sobre una bandeja, que será con la que lo transportaré. Procuramos llegar a todos los rincones del molde y nos ayudamos de una cuchara o una espátula porque ya sabéis que al ser mousse quedan huecos y burbujas. Tapamos el molde con film transparente y lo llevamos en la bandeja al congelador por un mínimo de 6 horas, yo lo suelo dejar toda la noche.
Una vez pasado el tiempo, sacamos de la nevera la base de galleta y la desmoldamos con muchísimo cuidado sobre el stand, plato o bandeja final. Ahora sacamos la mousse del congelador y con cuidado desmoldamos encima de la base de galleta, procurando que quede centrado.
Por último, decoramos como más nos guste, yo he utilizado frutos rojos congelados (algunos los he pintado con polvo de oro comestible) y flores, pero podéis decorar como más os guste, con virutas de chocolate, crocanti de almendras, etc.. Una vez lista reservamos en nevera para que vaya descongelándose poco a poco, esto tardará unas 3-4 horas, y una vez lista la guardáis siempre en nevera.
Espero que os haya gustado la receta y la pongáis en práctica, os aseguro un éxito rotundo y una textura inigualable, el sabor del chocolate intensifica el del café y viceversa, y la combinación es exquisita. Esta mousse admite algunos cambios, como obviar el café y añadir en nata los 100 ml del café, o utilizar chocolate negro o bien blanco, siempre con cuidado de que este último no se nos queme en el fuego, yo recomiendo fundir el blanco siempre al baño María y con unas gotitas de manteca de cacao. Y con esto me despido hasta la semana que viene, os deseo una feliz semana a tod@s y ya sabéis que podéis dejarme vuestros comentarios debajo, os contestaré encantada. ¡Besazos!