Mi recuerdo más antiguo que tengo de la mousse de chocolate es de cuando tendría yo unos 4 o 5 años.
Ahora parezco salida del anuncio de caramelos en plan “recuerdo cuando mi abuelo me daba unos Werther’s Original…” pero así es. Si no me falla la memoria, estaba todavía en parvulario cuando nos llevaron de excursión al zoo. Llegada la hora de comer cada niño sacó su comida y su postre y yo, como una marquesa, con una copa Mousse de Danone. Una cría pequeña, tanto que hasta me tuvieron que ayudar a quitarle la tapa al vaso, un retaquillo de un metro de altura ahí sentada al lado de la jaula de los leones comiéndose una copa mousse de chocolate como una señora. Y a pesar del tiempo que ha pasado, recuerdo el momento de felicidad… se ve que me viene de pequeña lo de que se me conquista por el estómago.
Esas mousse envasadas tienen, para mi, un punto muy a su favor respecto a las caseras y es que consiguen perfectamente una textura esponjosa y ligera, llena de burbujitas que estallan en la boca. He visto mousses hechas en casa que de sabor están muy bien pero que, en cuanto a textura, tienden más a una crema (o casi a un flan) que a una mousse.
Estuve haciendo una de chocolate y licor de café y sí, conseguí esa textura perfecta. Ahora quiero compartir con vosotros mis trucos para que os salga una mousse de esas que van a salir volando de tan ligeras y esponjosas que son.
Mousse de chocolate y licor de café
Para 4 mousse:
250 grs. de nata (crema de leche) para montar
2 claras de huevo L
100 ml. de licor de café (Tía María)
2 cucharadas de azúcar blanco
1 pizca de sal
2 hojas de gelatina
100 grs. de chocolate negro (yo usé chocolate negro para postres Valor)
Montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal
Montamos la nata (crema de leche), le añadimos el azúcar y batimos hasta que se incorpore bien sin perder el punto de montado
Ponemos en remojo las hojas de gelatina. Mientras tanto calentamos el licor de café y le añadimos las hojas de gelatina hidratadas retirándolo del fuego. Deshacemos el chocolate (lo podemos hacer en el microondas) y luego mezclamos el chocolate derretido con el licor de café. Lo dejamos enfriar a temperatura ambiente hasta que baje de los 40ºC
Cogemos una cucharada de nata montada (crema de leche) y la añadimos al chocolate derretido. Lo mezclamos con una pala suavemente con movimientos envolventes. Vamos agregando poco a poco el resto de la nata (crema de leche) y las claras montadas, cuidando de que no baje la mezcla
Usaremos una manga y una boquilla estrellada para montar los vasos. Una vez llenos los pondremos en la nevera a reposar durante un mínimo de 4 horas. Para servirlos podemos espolvorear chocolate rallado o, como hice yo, laminando un trozo de chocolate con un cuchillo lo más fino posible Seguramente esta misma receta quedará bien sin el licor de café o, para abstemios, con café normal en lugar de licor de café. Sé seguro que también queda una mousse increíble sustituyendo el licor de café por crema de Ron… no os vayáis a pensar, que no todo lo preparo con alcohol, pero vamos, una alegría sí le da a los postres, para qué nos vamos a engañar
Y ahora que os he contado los míos, ¡muero de ganas de conocer vuestros trucos para una mousse perfecta!