El otro día me explicaron una historia sobre los limoneros, los limones y la agonía de algunas personas por recoger cosecha.
Resulta que yo tengo un limonero que, por llamarlo de alguna manera, no es muy detallista. En unos 8 años creo que me habrá dado unos 5 limones, y tampoco es que fueran gran cosa, todo piel. No es que aspire a poner una frutería y abastecer a todo el barrio, pero es que veo en los patios de las casas esos limoneros cargados de limones y se me cae el alma al suelo.
Lo primero que me dijeron: bueno, es que no es lo mismo plantarlo en el suelo que en una maceta. Vale, tiene sentido. Y ¿qué me decís de esos limoneros en las entradas de algunas tiendas de chinos, que no harán ni un metro de alto, plantados en una maceta enana y que están cargados de limones? Ah, es que los abonos, el hierro, los cánticos a medianoche y los pollos sacrificados en un altar como ofrenda… vale vale, ya me queda más claro.
Una de las cosas que salió es que, por lo visto, a los limoneros no les gusta mucho que les recojan todos los limones. Tienes que dejar siempre alguno en el árbol para que sigan produciendo más. Ahí es donde entra lo de la agonía por recoger la cosecha. Yo, si he visto limones en su punto, los he recogido y santas pascuas. No se qué tiene de científico lo de que hay que dejar alguno colgando a modo de pendiente, pero si en algún momento le da por sacar algún limón más, prometo intentarlo.
Por suerte, en la tienda los hay a montones
Y sobre mi receta: ¿Os apetece una receta muy rápida de preparar, riquísima y sin tener que encender hornos, hogueras ni nada que caliente? Pues ahí vamos. En menos de media hora tendremos un postre fresquito preparado con limones de la frutería.
Trabajaremos con los ingredientes fríos, para que no sea necesario que reposen mucho tiempo en nevera antes de servirlos.
Espumas de limón y yogur
Zumo de medio limón
3 cdas. de miel
2 claras de huevo
1 yogur
100 ml de nata (crema de leche) para montar
rayadura de 1 limón
Disolvemos la miel en el zumo de limón. Añadimos la rayadura de limón, dejando un poco para decorar.
Montamos las claras a punto de nieve. Incorporamos el zumo de limón sin dejar de batir
Añadimos el yogur
Montamos la nata (crema de leche) en un recipiente aparte y la añadimos a la mezcla, removiendo con cuidado para que no baje demasiado
Ponemos las espumas en vasitos, con un poco de corteza de limón para decorar y las servimos sin dejarlas reposar en exceso, para que no pierdan demasiada consistencia.
Si alguien es amigo de los limoneros y sabe algo más sobre qué hacer para que no estén tristes y den muchos limones, también me puede dejar un comentario
¡Hasta pronto!