Esta tarta tan fácil de hacer, pero en forma de empanada, es uno de mis súper favoritos para comer en la playa.
Ingredientes:
Un rollo de masa quebrada o de hojaldre sin ingredientes de origen animal. También podéis hacer la base de avena de Lucía, que es más crujiente, más saludable y muy fácil de hacer
2 cucharadas soperas muy colmadas de harina
500 ml de leche vegetal sin azúcar ni edulcorantes
1 cucharada soperas de aceite de oliva y otra de margarina vegetal sin hidrogenar
1 lata de maíz dulce sin azúcar
2 cebolletas grandotas
orégano
levadura de cerveza (opcional)
aceite de oliva VE
Preparación:
En primer lugar, hacemos la bechamel como tengamos costumbre. Yo la hago en la MyCook, pero en sartén la hago estilo Arguiñano: una cucharada de aceite y otra de margarina (él pone mantequilla, obviamente), sofreímos bien la harina para que tenga saborcito a tostado y vamos añadiendo la leche sin parar de remover. Salamos al final y reservamos.
En una sartén amplia, sofreímos las cebolletas cortadas en juliana a fuego lento y bien tapadas. Cuando estén tiernas y doraditas, añadimos el maíz bien escurrido, removemos, y a continuación mezclamos con la bechamel.
En este punto, ya fuera del fuego, podemos añadir levadura de cerveza, pero yo no le suelo poner.
Precalentamos el horno a 220 grados.Extendemos la base elegida sobre un molde desmontable forrado con papel de hornear y la rellenamos. Espolvoreamos con orégano y cocinamos a 200 grados durante 30 minutos.
Si en lugar de tarta, queremos empanada, colocamos otro rollo de masa por encima del relleno, sellando bien los bordes y pinchando repetidas veces con un tenedor para que no se hinche.
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