Bizcocho esponjoso sin levadura
Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal lleváis la semana? Yo aquí sigo, terminando con la biblioteca, es mucho trabajo pero pongo música y me distraigo. Además estoy reorganizando algunas colecciones, porque tengo más cosas que limpiar, por ejemplo los cristales, que dan pena por la obra que estamos haciendo en el tejado, pero hasta que no acaben no pienso limpiarlos, mejor ordeno que es entretenido redescubrir tesoros, jejeje. Y entre limpieza y limpieza, cocino.
Hoy os propongo un bizcocho que no lleva levadura, o más bien levadura química, ese ingrediente que se ha convertdo en un tesoro que solo los más espabilados han sabido encontrar.
A mí me queda un poco pero la uso con moderación, que es un bien precioso,, por eso hago estos postres que no la necesitan, y en este caso solo necesitamos tres ingredientes. Y sin más rollo, empezamos.
Receta del bizcocho de tres ingredientes sin levadura
Esta receta la vi en un par de vídeos y me gustó mucho. Es fácil, parece mucho más complicada de lo que es, y el resultado es bueno. Su sabor es flojito, porque es un bizcocho que se usa como base para tartas, pero podemos mejorarla con vainilla, canela o ralaldura de limón. Yo le eché vainilla y además al terminar le puse almíbar y mermelada de arándano casera, pero no es imprescindible hacer nada de esto. Podéis tomar un trozo de bizcocho, sin nada más, con un vaso de leche porque está riquísimo.
Ya veis que sale alto y esponjoso, está muy rico
Ingredientes del bizcocho sin levadura
-5 o 6 huevos, yo usé 5 porque eran grandes
-150 grs de azúcar
-150 gramos de harina tamizada(yo usé de trigo normal y corriente)
El primer paso es separar, con mucho cuidado las yemas de las claras. Y empezamos a montar las claras a punto de nieve. Yo tengo unas varillas eléctricas, pero se puede hacer a mano, durante muchos años monté las claras a mano y es fácil cuando le coges el truco.
Cuando estemos en mitad del proceso, con las claras duritas pero no montadas del todo, añadimos la mitad del azúcar, más menos, y seguimos batiendo hasta que estén perfectamente montadas.
Solo a mí se me ocurre usar un bol blanco, las claras ni se ven
Un buen truco es que los huevos estén a temperatura ambiente. Y otro es usar una velocidad suave en las varillas porque, aunque tardemos un poco más, quedan más firmes. Al final, cuando casi están, si que podemos usar una velocidad alta, para terminar, pero durante el proceso, con calma.
Una vez montadas tapamos con un trapito limpio y reservamos fuera de la nevera.
En otro bol ponemos las yemas con el resto del azúcar y empezamos a montar con las varillas. Si queremos añadir algo que dé sabor(yo usé vainilla) es el momento.
Empezad suave que yo puse mucho garbo y salpiqué un poco
Cuando las yemas empiecen a estar blancas añadimos un tercio de la harina de manera muy suave, y la harina muy bien tamizada.
Tamizar la harina es imprescindible en esta receta, yo usé un colador grande
Batimos con cuidado y cuando esté todo bien integrado añadimos un tercio de las claras montadas.
Entonces, con una espátula de silicona vamos mezclando con movimientos envolventes y mucho cuidado.
Se nota que la harina está tamizada
Cuando esté todo integrado añadimos otro tercio de harina y seguimos mezclando siempre con movimientos envolventes.
Una vez mezclado todo añadimos otro tercio de las claras y seguimos con el proceso de mezclar suavemente, para que las claras no bajen mucho.
Añadimos el tercio de harina que queda, mezclamos muy bien y añadimos el tercio restante de claras.
Ahora hay que poner en un molde. Lo mejor es un molde redondo no muy grande y a ser posible alto, para que suba. Mis moldes redondos no encajaban porque, o son pequeños o demasiado grandes y bajos, así que utilicé uno rectangular que no es muy grande pero es alto y el resultado fue genial.
En uno de los vídeos decían que podemos engrasar el fondo para que no se pegue, o poner papel de horno, pero las paredes mejor dejarlas tal cual para que pueda agarrarse y subir.
Y entonces metemos en el horno precalentado. Yo lo puse a 180º, con calor arriba y abajo unos 40 minutos pero ya sabéis que eso depende del horno. El mío es relativamente nuevo y me cuesta cogerle el tranquillo, pero con ese tiempo quedó muy bien.
Dejamos enfriar y desmoldamos.
Ya os digo que así mismo está genial, pero podemos, si se quiere, añadirle crema pastelera, chocolate o lo que hice yo, almíbar y mermelada casera.
Y hasta aquí el post de hoy. Mil gracias por leerme y nos vemos el sábado con el resumen semanal y algún especial, como siempre.
Feliz miércoles.