¿Y ahora? Envasado al vacío
Ahora se ha ido un paso más allá con el envasado al vacío. Este proceso consiste en una técnica mediante la cual se extrae todo el aire que rodea a aquello que se quiere envasar. La gran ventaja es que hoy en día esto mismo se puede llevar a cabo desde la comodidad del hogar porque envasar al vacío es sinónimo de Foodsaver y se pueden encontrar diferentes elementos para lograrlo: bolsas, recipientes, tarros, contenedores y envasadoras. Si aún te estás preguntando porqué es un sistema que gana adeptos por momentos, vamos a ver algunas de sus ventajas más destacadas.
Ventajas del envasado al vacío de alimentos
Los alimentos se conservan mejor. Es, sin duda, su característica más destacada. Con el envasado al vacío se evita que los alimentos entren en contacto directo con el frío, de tal manera que conservan su textura y su dureza. Al ser así lo que se envasa al vacío mantiene su sabor y su frescura inalterables y perdura más tiempo porque, al haber ausencia de oxígeno, no da lugar a que se desarrolle ningún tipo de microorganismo que pueda resultar perjudicial. Tampoco se observará putrefacción alguna en los alimentos por el mismo motivo.
Ahorro de espacio y de tiempo. Los tradicionales envases siempre ocupan bastante y dejan sin espacio la nevera para otros productos que también lo requieren. Con el envasado al vacío el espacio que se usa es siempre el mínimo necesario. Siendo así, se pueden llevar a cabo compras mayores, lo que supone ahorro de tiempo, y conservar la comida hasta el momento en el que se vaya a consumir.
Fuera olores. Lo que ocurre al envasar un producto al vacío es que éste queda aislado de todo lo demás. De esta manera, el producto en sí no puede impregnarse de otros olores ni a la inversa.
Productos secos y frescos. En contra de lo que se pueda pensar, el envasado al vacío no se limita a unos pocos productos y también se puede aplicar a todo tipo de guisos o productos secos y frescos, como pueden ser los embutidos o las legumbres.
Se evita la llamada quemadura de hielo. En la congelación tradicional sí que ocurre, pero como con el vacío no se entra en directo con el hielo esta deficiencia queda descartada.
Se mantiene el peso del producto. Se calcula que cuando se congela un alimento éste pierde, de media, entre un 2 y un 3% de su masa. Como con el envasado al vacío no hay deshidratación este problema tampoco tiene lugar.
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