Aunque podáis pensar que es casi imposible adaptar un menú cerrado de casi 200€ al mundo sin gluten, pues en Aponiente no hay ningún problema, salvo 2-3 cambios, el resto es totalmente apto, ya que sobre todo trabajan con productos marinos, así que sin problema.
Además, desde el principio, en su sitio web, en la sección de Preguntas Frecuentes, indican que si sufres de alguna intolerancia o eres celíaco, simplemente tienes que notificarlo en el momento de la reserva y ellos lo comunican al chef, que modifica el menú y lo adapta a las necesidades que se requieran.
En nuestra experiencia en Aponiente sin gluten, nos decantamos por el menú: Mar en calma (os dejamos enlazada la carta con todos los pases, 17 en total). El precio podéis consultarlo en su web, el maridaje va aparte y es opcional. Decir que la lista de espera suele ser de unas 5 semanas.
Antes de entrar en detalle, aunque sin desvelar mucho la magia, ya que recomendamos realizar esta experiencia sí o sí, deciros que, desde hace unos años, Aponiente se ubica en la c/ Francisco Cossi Ochoa, en El Puerto de Santa María, en un antiguo Molino de Mareas del s. XIX. Fue construido en el año 1815, para producir energía a partir de la fuerza mareomotriz, aprovechando los flujos de mareas de la bahía de Cádiz. Se convirtió en un referente del desarrollo industrial, y en la producción de harinas en particular, convirtiéndose en el molino de mareas más grande del sur de Europa.
Antes se encontraban en la c/ Puerto Escondido 6, donde actualmente se ubica La Taberna del Chef del Mar (aquí podéis leer nuestra experiencia en La Taberna del Chef del Mar), y donde consiguieron 2 estrellas Michelin. Actualmente, es el único restaurante 3 estrellas Michelin de Andalucía, así que merece la pena probarlo.
Decir también que las 3*** no es sólo por el sabor, presencia y producto, sino también la atención en sala, exquisita, la bodega, el entorno…
En cuanto a los platos que adaptaron, el tocinillo de mar (se sirvió sin el “caramelo”), la importancia y el atún en tomate (se sirvió sin el hojaldre que acompaña). Y, aunque disponen de pan sin gluten, no es casero. Es comercial (Betina). Al resto de comensales les sirven diferentes tipos de panes, con fermentaciones largas de masa madre, y toques de algas, tinta de calamar, etc., pero bueno, al menos no te privas de probarlo con el aceite marino que sirven. Además, lo reponen constantemente
En nuestra experiencia en Aponiente sin gluten tuvimos la suerte de poder ver el espectáculo de la luz del mar. (No queremos desvelar nada más, porque es algo único).
Ahora sí, os dejamos con algunas imágenes de los diferentes pases, además de los entrantes, los panes, ¡y los postres! Decir que, pedimos autorización previa para poder fotografiarlos. No tuvimos inconveniente, solo había que respetar la privacidad del resto de comensales.
Sin duda, una experiencia que merece la pena, por lo menos para vivirla una vez
Esperamos que os haya gustado el post. Si tenéis cualquier consulta, ¡no dudéis en escribirnos!