Como nosotras no decimos que no a nada, accedimos a todo lo que nos pidió, sin pensar que estas serían nuestras primeras galletas decoradas de este estilo.
Lo único que pedimos era una foto del niño con el traje puesto. Pensamos que quedarían mas graciosas si en la galleta poníamos algún detalle que el niño llevara en su traje.
Así lo hicimos.
El resultado no quedó nada mal. Como todo trabajo de repostería creativa, lleva mucho esfuerzo y muchas horas, pero lo hicimos.
Lo mejor de todo para nosotras fue el reconocimiento de algunos invitados que probaron las galletas, que nos paraban por la calle para decirnos lo mucho que les ha gustado, lo riquísima que estaba la galleta y lo bonito que había sido el detalle. No puede haber nada mas gratificante.