Estas galletas las preparé un día de esta semana y la verdad que fue toda una odisea pues ese día me ocurrió de todo y para rematar mientras fundía el chocolate el recipiente de cristal en el que lo hacía se me estalló así que tuve que tirar el recipiente y el chocolate a la basura pero no me rendí continué y aquí puedes ver la recompensa un mordisco de estas delicias de chocolate blanditas e intensas por dentro me arregló todo el desánimo y me hizo ver todo lo positivo que también me ocurrió ese día.
Esta receta la he sacado del libro "Salvada por los pasteles" de Marian Keyes y si tuviera que ponerle alguna queja a esta receta es que las cantidades dan para una 16 galletas y la verdad es que se acaban muy rápido así que ya se que para la próxima duplicaré las cantidades para satisfacer a los ratoncillos que andan por casa.
Ingredientes:
150 g. de chocolate para postres
100 g. de mantequilla
150 g. de azúcar moreno Amagoldi
1 huevo
1 cucharada sopera de miel
110 g. de harina todo uso
30 g. de cacao en polvo
Una pizca de sal
Elaboración:
Prepara dos bandejas con papel de horno pues debes dejar enfriar las galletas en la bandeja.
Funde en chocolate al baño maría o en el microondas, como prefieras y reserva para que se atempere.
Cuando el chocolate se atempere calienta el horno a 180 ºC y comienza a preparar la masa de las galletas.
Tamiza la harina junto con el cacao en polvo y la sal y reserva.
Bate el azúcar moreno con la mantequilla hasta obtener una crema. Luego añade el huevo y la miel y continúa batiendo unos minutos.
Añade el chocolate fundido y remueve.
Con ayuda de dos cucharas forma montoncitos y colócalos sobre el papel de horno, es una masa bastante primgosa y debes dejar espacio suficiente entre galleta y galleta pues en el horno se aplanan y crecen.
Hornea las galletas a 180º C durante 12 o 15 minutos, vigila mientras se hornean pues el color tan oscuro es difícil de distinguir si se doran y estas galletas son blanditas. Deja que se atemperen en la bandeja para evitar que se rompan al cogerlas y luego ponlas a enfriar por completo sobre una rejilla.
Una vez frías las galletas puedes prepararte una bebida caliente y disfrutar del intenso sabor a chocolate, por que ser feliz es cuestión de actitud. ¡Feliz tarde y mil besos!