Pero como todo se olvida y ya estamos a viernes me he permitido un capricho, por otra parte se acabó el verano y toca hacer balance ¿ha sido todo lo productivo que deseabas?, por mi parte si, he tenido días buenos y otros no tan buenos pero aún así he cumplido con mis objetivos que son publicar dos recetas por semana y esta semana incluso publico tres recetas pues he tenido dos retos maravillosos que me han dado la oportunidad de que me conozcan más personas y yo de conocer blogs maravillosos.
Por todo eso hoy toca postre fácil de hacer, porque se que muchas veces no tenemos ganas de complicarnos, porque no nos gustan los postres con huevo crudo o tal vez nuestros hijos quieren ayudarnos y necesitamos recetas sencillas en las que no se quemen, así que esta es la receta.
Ingredientes:
1 paquete de galletas rectangulares (250 g.)
250 g. de queso mascarpone
200 ml. de nata (crema de leche) para montar
200 ml. de café fuerte
100 g. de azúcar
1 c.s. de vainilla líquida
unas gotas de aroma a almendra o un chorrito de licor
Cacao puro en polvo
Elaboración:
Preparamos una cafetera de café bien fuerte y reservamos hasta que se temple.
Montamos la nata (crema de leche) batiendo con unas varillas y cuando comience a montarse añadir el azúcar y batir hasta que esté bien montada.
Añadimos el queso mascarpone y la vainilla y mezclamos hasta que no queden grumos. Reservamos la crema.
Colocamos café en un bol o plato y le agregamos las gotas de aroma o el licor, luego vamos mojando las galletas de una en una en el café y colocando una capa de galletas en el fondo de la bandeja.
Sobre la capa de galletas cubrimos una capa de crema y luego repetimos galletas, crema así hasta acabar con la crema yo suelo hacer tres capas.
Dejar enfriar en la nevera un par de horas, en mi caso toda la noche.
Antes de consumir espolvoreamos con el cacao en polvo y listo para comer.
Si te gusta tanto como a mi no podrás resistirte a comerlo solo en el postre pues también te comerás un trozo a la hora de la merienda con un café bien caliente
Disfruta de los pequeños momentos pues son los que en unión forman nuestra vida. ¡Mil besos!