La Navidad se acerca irremediablemente, y, aunque estas fiestas van a ser muy diferentes a las de otros años, seguimos con propuestas navideñas sobre la mesa, porque este tipo de recetas si no se pueden compartir se pueden regalar, así que podéis preparar estas deliciosas galletas de leche condensada y envolverlas en cajitas o bolsas y regalarlas, y será unan forma de compartir mesa sin estar juntos.
Estas galletas son una alternativa sin gluten a las tradicionales galletas de mantequilla, pues he puesto Maizena en la masa, en lugar de harina. El detalle de la Maizena y la leche condensada da lugar a unas galletas muy blanquitas, y navideñas. En las fotos las veis sin azúcar glass, pero también podéis espolvorearlas con él, y quedarán deliciosas.
INGREDIENTES PARA LAS GALLETAS DE LECHE CONDENSADA:
300 gr. de Maizena
80 gr. de mantequilla a temperatura ambiente (la sacaremos unas horas antes del frigorífico)
120 gr. de leche condensada
1 huevo
Una cucharadita de esencia de vainilla
Azúcar glass (opcional)
PREPARACIÓN DE LAS GALLETAS DE LECHE CONDENSADA:
Mezclamos la mantequilla con la leche condensada (yo lo he hecho en la Kitchen Aid con la pala plana, pero podéis hacerlo con una lengua de silicona). Añadimos el huevo ligeramente batido y seguimos mezclando. Después añadimos la cucharadita de esencia de vainilla. Por último, vamos añadiendo cucharada a cucharada la Maizena (que previamente habremos tamizado). Así hasta integrar todo. Cuando ya se haya integrado la masa sacamos del bol y hacemos una bola con ella. Extendemos entre dos papeles vegetales y con un rodillo estiramos hasta darle un grosor de 0.5 mm o 1 cm, dependiendo de vuestros gustos. Después llevamos la masa a la nevera durante unos 15 minutos. Mientras, precalentamos el horno a 180º.
Una vez pasado este tiempo sacamos la masa y cortamos con cortapastas (los míos navideños), y vamos disponiendo las galletas sobre una bandeja con papel vegetal. Es una masa más seca que la de las típicas galletas de mantequilla, por lo que es más delicada de tratar y se pueden romper con más facilidad, así que hay que tener más cuidado a la hora de separar la masa del cortador para que no se queden la esquina dentro del molde y se rompa la galleta. Cuando ya no tengamos más masa para cortar, de nuevo hacemos una bola y volvemos a extender y seguimos cortando, así hasta acabar con toda la masa. Nos saldrán dos bandejas. Llevamos a la nevera otro 15 minutos las galletas ya cortadas.
Después horneamos cada bandeja sobre 16 minutos o hasta que veáis que se estén dorando los extremos. Sacamos y dejamos enfriar completamente sobre una rejilla. En caso de ponerle azúcar glass por encima lo haremos cuando se enfríen totalmente.
Conservamos dentro de una lata.
Bueno, pues espero que os haya gustado esta nueva propuesta, y os dejo esperando que paséis un feliz lunes.