Ha venido un vecino nuevo al bosque. Mira que a mi me gusta ser hospitalario, pero este tío... ¡que me toca los hocicos!.
No veas que aires se da el amigo, ha comprado la propiedad de al lado que llevaba en venta desde que pinchó la burbuja y por la que pedían un riñón. Dicen que ha estado trabajando para la nobleza o algo así.
Presume de todo " Soy un gato que habla, soy un gato que habla." ¡Hombre!, a lo mejor en Móstoles con eso lo petas, pero en este bosque hablan hasta las piedras.
¿Y qué decir de las chicas? Las tiene locas, que si menudo estilazo, que menudo coche, que si patatín que si patatán.
Envidia cochina, dirás. Pues sí, no te voy a engañar. La verdad es que a mi el tipo no me ha hecho nada. Pensándolo bien, es un poco cutre por mi parte portarme así.
¡Qué caramba! Vale de malos rollos, voy a hacerle al chaval unas galletitas y a llevárselas como hacen los buenos vecinos. Algo que no sea muy gay para no empezar con ideas preconcebidas. Galletas cañeras, con un lingotazo como las de gin tonic.
Me gusta probar cosas nuevas, así que después del éxito de las otras finalmente decidí hacer unas de mojito y llevar el ron para acompañar.
El tío abrió su puerta y al momento me arrepentí, era un estirado que no veas... Me enseñó su casa haciendo énfasis en lo guay que era todo, no tenía tele, tenía una Bang and Olufsen, no tenía un frigorífico, tenía un Smeg... pero cuando probó mis galletas vi en su cara que yo tengo algo que el nunca podrá comprar... y él también vio que lo vi.
Se apretó el resto de la botella y empezó a rajar. El pavo era un desgraciado digno de lástima: Después de haber conseguido convertir a su amo de pobre huérfano a Príncipe y cuando se las prometía felices resultó que la Princesa era alérgica a los gatos. El ingrato de su dueño le dio un finiquito, generoso, pero finiquito al fin y al cabo, y la patada.
El pobre bicho estaba deprimidísimo, pero después de prolongar la fiesta hasta las mil y luego de llamar a unos cuantos amigos empezó a darse cuenta de que a lo mejor este cambio de aires no estaba tan mal y que ser un gato forrado era mejor, con mucho, que ser una mascota. Así que le ha regalado ese horror de botas al Oso y se ha calzado unas chanclas...
Realmente es un buen tipo!
Galletas de mojito (Inspiradas en esta receta de Kanela y limón)
100 gr de mantequilla
1 manojito de menta/hierbabuena
50 gr de azúcar glas y 1c.s mas para espolvorear
150 gr de harina de repostería
1 huevo mediano
1 pizca de sal
40 gr de gelatina de limón
1 c.c de ralladura de limón
Para el glaseado
5 c.s de azúcar
1c.p. de zumo de limón
2 c.s de ron
1 c.p de ralladura
hojas de menta para decorar
Con antelación, en el vaso de la batidora poner las hojas de menta/ hierbabuena reservando las cuatro de arriba para decorar. Poner la mantequilla en un cazo y cuando empiece a derretirse retirar y remover hasta que se derrita por completo, poner con las hojas y triturar por completo. Dejar enfriar esta mantequilla a temperatura ambiente hasta que alcance el punto de pomada. (De esta forma conseguiremos "atrapar" en una sustancia grasa las volátiles partículas del aroma como aprendimos de Jean-Baptiste Grenouille)
Entonces batir con el azúcar y cuando blanquee añadir el huevo, integrando bien y entonces añadir la sal y la harina poco a poco hasta conseguir una masa consistente.Incorporar la gelatina mezclando muy bien y reposar 15 minutos, asi evitaremos encontrarnos los gránulos
Precalentar el horno a 160º y con la ayuda de dos cucharillas formar montoncitos sobre un papel de horno, dejandolos un poco separados, ya que en el horno se extenderán.
Espolvorear con un poco de azucar glas y aplastar ligeramente con el dorso de una cuchara. Meter al horno 10 min.
Al sacar las pasamos a una rejilla y con un palillo hacemos un pequeño orificio en el centro.
Mientras se enfrian preparamos el glaseado mezclando todos los ingredientes, debe quedar espeso, así que si es necesario podemos añadir un poco mas de azucar.
Ponemos un poco sobre cada galleta y pinchamos las hojitas que teniamos reservadas en el agujerito que hicimos antes, pegandolas bien con la glasa.
Nota: Las hojitas se oxidan, así que si quieres usar esta decoración ponlas con la glasa en el último momento. También puedes picarlas y añadirlas al glaseado.