Buenos días, ¿qué tal ha ido la semana?
La mía, después del caos de las anteriores, ha sido de asentamiento. Y como tengo más tiempo he empezado a maquinar cosas así que seguro que pronto veis cambios en el blog. Os iré avisando por Instagram y Facebook de todos los cambios casi al momento.
No sé quizás todo es una locura y no acabe pasando aunque realmente creo que es el movimiento correcto para que el blog siga creciendo. Hay veces con el tema del blog, sobretodo con todo la que tiene que ver con la informática, que soy treméndamente insegura y me paso días dando vueltas a las cosas cuando luego, en otros aspectos de mi vida, no soy tan indecisa.
Pero en el mundo online cambia todo tanto y tan rápido que me da miedo tocar algo y que el blog se vaya a la mierda después de tanto años.
En teoría yo, al haber nacido a principios de los 90, me he criado con los ordenadores, pero aún así muchas veces, sobretodo cuando tiene que ver con el blog me siento muy perdida.
No sé quizás es que queda poco más de un mes para que cumpla 29 años y estoy entrando en crisis como la mayoría de las personas de mi al rededor que han cumplido sus últimos veinte.
Pues eso que estos días estoy trasteando mucho con el blog, pensando cómo cambiarlo para llegar a más gente y con el constante miedo de que toque algo y desaparezca. Así que la receta de hoy es muy sencillita que mi cerebro ya no da para más.
La idea surgió de una que vi en Instagram y es que aunque suelo comer quinoa en recetas saladas no se me había ocurrido usarla en recetas dulces, vamos lo que me pasó la semana pasada con la cúrcuma. Me puse a investigar y vi que había una cosa llamada quinoa inflada de la que no había oído nunca hablar, o por lo menos no tengo el recuerdo. Así que fusioné varias ideas y surgió esta granola vegana. En el blog tenéis esta otra granola, pero usé miel por lo que no es vegana aunque si queréis hacer esa receta simplemente tendríais que sustituirla por el sirope que más os guste.
Ingredientes
100 g de copos de avena
60 g de sirope de agave
35 g de quinoa hinchada
30 g de mantequilla de cacahuete
20 g de nueces troceadas
20 ml de aceite
20 g de almendras
1 cucharadita de canela
Precalentamos el horno a 150º.
En un cazo ponemos el sirope, la mantequilla de cacahuete y el aceite. Mezclamos y calentamos a fuego medio bajo hasta tener un líquido homogéneo.
En un bol grande mezclamos el resto de los ingredientes.
Una vez la mantequilla de cacahuete se haya fundido vertemos la mezcla a los ingredientes secos.
Mezclamos con la ayuda de una espátula para que todo quede bien impregnado de la mezcla líquida.
Repartimos en una bandeja de horno sobre un papel sulfurizado.
Horneamos 40 minutos. Yo cada 10-15 minutos mezclaba para que se horneara y se tostara de forma uniforme.
Conservamos en un recipiente hermético.
A mi me gusta comerla con yogur y alguna fruta como las fresas.
Feliz semana :)
Fuente: este post proviene de Repostería Tximeleta, donde puedes consultar el contenido original.
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