Vi esta receta en una página de thermomix de facebook, Thermomix Collection, y me pareció tan sencillo de hacer y además tenía todos los ingredientes en casa que esa misma tarde me puse a hacer la receta.
He variado muy ligeramente las cantidades, porque no tenía suficiente leche evaporada pero el resultado ha sido bueno, así que no afecta para nada a la receta.
Sale un helado fresco y muy suave, nada empalagoso y muy rico.
Os dejo la receta con las cantidades que yo usé.
INGREDIENTES:
350 gr de leche evaporada
150 ml de zumo de limón colado
200 gr de azúcar.
Piel de medio limón.
PREPARACIÓN:
Ante todo debemos congelar la leche evaporada el día anterior. Yo la vuelco en un táper y la meto en el congelador.
Cuando esté bien congelada procedemos a preparar el helado. Primero trituramos la piel del limón limpia y si nada de blanco con el azúcar para aromatizarla. 15 segundos, velocidad 8-10.
Colocamos la mariposa en las cuchillas y sin quitar el azúcar ponemos la leche congelada en trozos, la montamos unos dos minutos a velocidad 3.
Cuando pasen los dos minutos, observaremos que la leche ha aumentado de tamaño. Programamos velocidad 3 y por el bocal, vamos añadiendo el zumo de limón despacito. Al acabar. Vertemos esta crema en un táper apto para el congelador y lo dejamos unas horas para que coja cuerpo.
SIN THERMOMIX:
Con la batidora pulverizamos el azúcar con las pieles del limón. Reservamos.
Batimos la leche evaporada congelada hasta que veamos que ha doblado su tamaño, entonces le añadimos el azúcar y batimos con las varillas hasta que esté todo bien integrado.
Agregamos poco a poco el zumo de limón y mezclamos con movimientos envolventes. Dejamos en el congelador unas horas.
Primero pesamos la leche evaporada y la ponemos en un táper. La congelamos unas horas.
Cuando la leche evaporada esté congelada, comenzamos la preparación. Pulverizamos la piel del limón con el azúcar.
Ya está aromatizada, la dejamos dentro del vaso.
Y ponemos la mariposa,
Echamos la leche evaporada en trozos para montarla mejor.
Ya la tenemos montada.
Y con la máquina en marcha, echamos el zumo de limón, que habremos colado antes.
Y ya está lista la crema. La guardamos en un táper y al congelador hasta el momento de servir. Fácil, ¿verdad?
Sale un helado muy cremoso, nada dulzón, ligeramente ácido... una delicia.
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Fuente: este post proviene de Tapitas y postres, donde puedes consultar el contenido original.
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