No os había traído un helado este verano y no pensaba la verdadporque tenía otras cosas en mi lista de pendientes y luego no es una cosa que yo vea que os vuelva locas.
Peeeero.si hablamos de un helado que no necesita heladera y que además lleva las palabras mágicas “Chocolate Blanco”, acompañada de un novedoso adjetivo para este ingrediente como es: “CARAMELIZADO”.
Y si además os digo, que solo, SOLO, lleva tres ingredientes y que uno de ellos es leche condensada, se que os tengo en el bote seguro ;D
Para hacer esta maravilla entre las maravillas puedes hacer dos cosas, comprarlo o hacerlo en casa, cuyo resultado es cien veces mejor.
No es nada difícil de hacer solo tienes que estar un poco pendiente y utilizar un temporizador para remover el chocolate y que no se te queme, pero no hay más ciencia que esa.
Y por supuesto el resultado es maravilloso y delicioso.
Tan delicioso, que ya lo he apuntado para usarlo en más recetas, porque puedes hacer un ganache con el, puedes añadirlo al SMBC o a una crema de yemas o un buttercream normal.
Y por supuesto lo usaremos en bizcochos, en brownies y demás maravillas del mundo.
Mis consideraciones:
Elige un buen chocolate, no siempre son los mas caros, lo importante en la elección del chocolate es que tenga al menos un 29% de manteca de cacao y nada de grasas vegetales.
En casa yo tenía de la marca Hacendado (lo fabrica Antiu XiXona) y aunque no decía la cantidad de manteca de cacao que llevaba, me dio buena espina que el segundo ingrediente fuera la manteca, ya que el orden de los ingredientes en la composición de un alimento va en orden de cantidad, de mayor a menor.
Así que podéis usar ese con total seguridad.
Pero si decidís invertir en un chocolate de mayor calidad, el resultado será mucho mejor.
Cuando caramelices el chocolate blanco, pasaras por muchas fases de dudas e incredulidad y pensarássi lo pensarás: Esto se ha echado a perder, está granulado e incomiblepero no, confía en mi.
El chocolate debe tener un color como el de la mantequilla de cacahuete y tener aspecto terroso a primera vista, pero cuando lo remueves y lo aplastas un poquito ves como se alisa y entonces respiras aliviada y entonas el Aleluya de Haendel.
Yo le puse también migas de galletitas crujientes, para ello las congelé, siempre que quieras añadir un ingrediente a un helado es mejor que lo congeles, porque así no estará blando al comerlo.
Yo las tenía caseras y te dejo el enlace para hacerlas, te sirven para rellenar tartas y darles es punto crujiente, duran muchísimo una vez hechas y siempre están crujientes. De hecho seguramente no hubiera hecho falta que las congelara, pero más vale un por si acaso que un quien pensara. Si no tienes ganas de hacer las miguitas de galleta, pon las que te apetezcan, pero ten la precaución de congelarlas.
Puedes hacer el helado perfectamente sin heladera, aunque si la tienes y la quieres usar también puedes, el resultado será un poco más cremoso, sólo tienes que pasar la crema una vez lista a la heladera y seguir las instrucciones del fabricante.
INGREDIENTES:
150 ó 200 gr de chocolate blanco, depende de la gula.
400 gr de leche condensada bien fría
600ml de nata (crema de leche) para montar con un 35% de materia grasa al menos, bien fría.
Migas de galletitas crujientes
ELABORACIÓN:
Del chocolate caramelizado:
Metemos en el congelador las galletas que vayamos a usar y el molde donde vayamos a poner nuestro helado.
También metemos en el frigo el bol y las varillas que vayamos a usar para montar la nata (crema de leche) y la leche condensada.
Si tienes heladera y la quieres usar, ya sabes que tiene que estar en el congelador al menos 24 horas.
Precalentamos el horno a 120 grados.
Troceamos el chocolate en una fuente para horno amplia y metemos en el horno.
A partir de aquí no vale despistarse, cada 10 minutos hay que remover. En total tendremos el chocolate una hora más o menos.
El chocolate debe tomar el color de la mantequilla de cacahuete, cuando veamos que toma ese color lo podemos sacar, porque no queremos que se queme.
A mí me llevó exactamente una hora, pero como cada horno es un mundo, más vale que tiréis de intuición.
En un momento de la caramelización veremos que el chocolate toma un aspecto terroso, ese momento es en el que tu piensa que las has.fastidiado, pero no. Si aplastas un poquito con las espátula comprobarás que se vuelve compacto y lisito, vas bien.
Una vez que tenemos caramelizado el chocolate, lo sacamos del horno y lo mezclamos con brío con la ayuda de una espátula o lo metemos en el bol de la kitchen y lo batimos con el accesorio pala.
También puedes pasarlo por la minipimer.
Yo lo hice a mano con la espátula y ver como poco a poco se empieza a suavizar y a volver brillante es una maravilla que te llena de ilusión, porque claro cuando lo ves con aspecto terroso piensas que has fracasado, pero no ;D
Si después de batirlo te quedaran algunos grumos puedes pasarlo por un colador o bien como te decía antes pasarlo por la minimpimer.
A mi no me hizo falta se quedó estupendo con la espátula.
Lo dejamos templar un poco mientras hacemos el helado.
Vertemos la leche condensada en el bol de la batidora y montamos también, puede que nos lleve algo más de 5 minutos.
Cuando tengamos las dos montadas, añadimos la nata (crema de leche) a la leche con movimientos envolventes para que no se desmonte mucho.
En este punto pasaríamos la crema a la heladera, si es que queremos hacerlo, pero no estrictamente necesario.
Ponemos una parte de la crema en el molde, esparcimos las galletas y dejamos caer el chocolate caramelizado con la ayuda de una cuchara haciendo hilitos.
Ponemos el resto de la crema y volvemos a hacer la misma operación con las galletas y con el chocolate, si quieres puedes hacer tres capas en vez de dos.
Llevamos al congelador al menos 5 o 6 horas.
Lo sacamos 10 minutos antes de servir.
Ahora solo toca disfrutar, poner una bola de helado en el café me parece una opción maravillosa, ahí lo dejo.
Si tienes alguna duda me la puedes dejar aquí o en mis redes FB o IG.
Como siempre os dejo con el verdadero pedacito de cielo:
“El orgullo lleva a la deshonra, pero con la humildad viene la sabiduría” Proverbios 11:2