Ella tiene la misma ilusión y le pone todo su encanto a todas sus entradas como el primer día, y eso es de admirar.
Este Cumpleblog lo celebraremos entre todos de una forma muy divertida. Contando una historia. Seguro que tienes una donde nos vamos a reír un rato. Así que anímate a contarla y a participar.
No dejemos que el poco encanto que queda hoy en día entre bloguer@s se apague. Así que tienes tiempo para participar hasta el 3 de enero. Seguro que nos lo pasaremos "pipa" leyéndonos entre todos.
Esta historia que os voy a contar no es mía, es de Dieter, mi marido, el de la foto de arriba .
Nos trasladamos por un momento a finales de los 60, cuando Dieter apenas era un niño de 10 años, travieso, picarón y lleno de ideas.
Dieter es alemán y nacido en el pueblo de Erbach en la comarca de Hessen. Erbach tiene un precioso y enorme palacio en el cual vivían los Duques de Graf zu Erbach – Erbach. Esta familia de sangre azul, justamente tenía un niño de la misma edad que Dieter, pero lo que no os imagináis es que iban juntos al mismo colegio y a la misma clase.
A este “rico” chaval no deberían cuidarlo muy bien sus padres, ya que nunca llevaba para el recreo bocadillo o algo para comer.
Y aquí es donde comienza esta historia, que espero os guste y os haga, como mínimo, sonreír.
El hijo del Duque, de nombre Eberhardt, empezó cada día a pedirle a Dieter parte de su bocadillo, ya que él no traía nada para el recreo y se moría de hambre. Dieter no se negaba y le daba parte de su desayuno.
Como aquello se repetía cada día, a Dieter, que era muy pillín, se le ocurrió la idea de llevar cada día un bocadillo, solo para Eberhardt; pero ojo… aquello tenía un coste, ya que Dieter se lo vendía por 5 Marcos alemanes. Os quedaréis boquiabiertos al comprobar la capacidad que tenía el pequeño Dieter para ganarse unos Marcos cada día, pero más si sabéis que, al cambio 5 Marcos son 2,50 €. Era como si hoy en día, cobrara por el bocadillo unos 15 €.
Como Eberhard se lo pagaba encantado, Dieter sin pensárselo dos veces, le dijo a su madre que le hiciera dos bocadillos, ya que uno le sabía a poco. Su madre ignorando la travesura de Dieter, se lo preparaba sin ningún problema. Y así transcurrió el “negocio” casi el curso completo.
¡Menuda hucha debió de juntar el pillín de Dieter!
Lo más gracioso de todo esto, es que el chico les habló a sus padres sobre Dieter, y éstos quisieron conocerle. Un día fue invitado al palacio, pero al de verano (es lo que tienen los ricos, que no se conforman con un palacio solo) que estaba a unos 10 kilómetros cuesta arriba desde su casa. Dieter se montó en su bicicleta y sin pensárselo dos veces, allá que se fue.
Los Duques lo recibieron y se comportaron como lo que son, Duques. Lo más normal hubiera sido ofrecerle a un niño de apenas 10 años un vaso de leche, de chocolate, un refresco… Pues no, le invitaron a tomar un té negro con leche y limón.
¿Os podéis imaginar un niño tan travieso, con una taza de té de lo más fina en la mano y llevándosela a la boca? porque yo no.
Esta historia termina aquí o no... ya que el hijo de Eberhard, Konrad, está en el mismo colegio que Manuel, hijo de Dieter. ¿Se repetirá la misma historia?
Querida Maggie, espero haberte sacado por lo menos una sonrisa con esta historia. Al final no me ha sido tan difícil como pensaba jeje.
Feliz Cumpleblog!! Y te deseo o, deseo que sigas cumpliendo muchísimos más!!!
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Ingredientes
Panecillo,
Mantequilla,
Embutido.
Preparación:
Sin ningún misterio y trabajo . Cortar el panecillo por la mitad a lo largo. Untarlo con mantequilla y cubrir con lo que más te guste. Jamón, mortadela, salami, queso... Cerrar y a degustar
Con esta historia-receta participo en el Sorteo del 7° Cumpleblog del Cajón desastre de Maggie