Agua: es importante usar agua libre de impurezas y fresca.
Temperatura: si bien los tés negros resisten altas temperaturas (95 grados), depende del tipo de té que estemos utilizando. Es recomendable, para los tés suaves, que el agua no supere los 70 ó 75 grados. De este modo, cada uno nos brindará su genuino aroma y sabor.
Cantidad: lo ideal es de 2 a 3 gramos de té por cada 200 ml de agua, o sea, 1 cucharadita colmada de las de té por cada taza tamaño estándar.
Pero si estamos preparando el té en una tetera es importante que nos acordemos de sumar una cucharadita más de té “para la tetera” a la cantidad que ya le agregamos por taza. (Por ejemplo: si queremos preparar té para tres tazas, debemos colocar cuatro cucharaditas de té en la tetera.)
Tiempo: en este caso, también depende del tipo de té.
Los tres negros necesitan de una infusión de 3 a 5 minutos.
Los blancos, de 2a 3 minutos.
Los verdes, de 2 a 4 minutos pero en este caso depende de si es un té verde japonés o chino. Los primeros son más delicados, a veces con 1 y 1/2 minuto de infusión basta; en cambio los segundos son más resistentes.
Los Oolong, delicados y dulces, de 3 a 5 minutos.
Los Pu’erh, más “toscos” e intensos que los anteriores, de 3 a 4 minutos.
El Rooibos, en cambio, de 5 a 7 minutos.
Equipo: en cuanto a la tetera tenemos que considerar que la porcelana y la loza son ideales para los tés más fuertes (negros) ya que mantienen bien el calor. Sin embargo, para los tés más suaves (verde y blanco) podemos usar una tetera de vidrio y la de greda (arcilla) para los Oolong y Pu’erh porque consigue absorber mejor sus aromas.
El espacio también es un tema importante. Las hebras necesitan lugar para expandirse, deben humedecerse correctamente, de lo contrario, la infusión no se logrará por completo.