Esta es una de esas recetas que necesitaba un cambio de imagen, la publiqué el 20 de diciembre de 2013, ya ha llovido...bastante ¿verdad?
Es de Karlos Arguiñano, y la vi en el programa de televisión que presentaba por entonces, ya no recuerdo en qué cadena.
Es muy sencilla y si te gusta el cacao puro, amargo, pues esta es tú receta.
El formaba los mantecados en forma de rulo, lo llevaba a enfriar y luego los cortaba como quien corta embutido, en porciones de 1 a 1,5 centímetros de grosor. Ese sistema es menos laborioso que darle forma con un cortador.
En esta ocasión, los mantecados los ha hecho Jordi, le han quedado deliciosos, eso sí debes tener en cuenta que lleva cacao puro, o sea el sabor es fuerte. Si no te gusta el chocolate negro, esta no es tu receta.
Si le quieres dar un toque más dulzón, puedes rebozar los mantecados en azúcar glas.
250 gr. de harina
125 gr. de manteca de cerdo ibérica
65 gr. de azúcar glas
7,5 gr. (1/2 cucharada) de anís, aguardiente..(yo le puse anís)
7,5 gr. (1/2 cucharada) de canela
60 gr. de cacao puro
Precalienta el horno y coloca la harina extendida en el horno a 100ºC durante 1 hora aproximadamente.
Ve dando vueltas de vez en cuando para evitar que se queme.
Pasado este tiempo, retira del horno y deja enfriar.
Tamiza la harina y el cacao puro y agrega a un bol.
Añade el resto de ingredientes.
Mezcla bien con las manos hasta que todos los ingredientes queden bien integrados. Te llevara unos 5 MINUTOS.
Si quieres cortarlo con un cuchillo: Extiende la masa sobre film transparente y enrolla como se aprecia en la imagen (opcional).
Si quieres utilizar cortadores: Forma una bola y sella con film transparente.
Introduce en la nevera alrededor de 1 hora.
Forma pequeñas porciones de mantecados y coloca sobre papel vegetal y encima de la bandeja donde los vayas a hornear.
PRECALIENTA EL HORNO A 180ºC 15 MINUTOS.
Introduce en el horno a 180ºC unos 10/12 MINUTOS aproximadamente, la cocción dependerá de cada horno y del grosor que le hayas dado. ¡NO LE QUITES OJO, SI NO SE QUEMARÁN!
¡NO LE QUITES OJO, SI NO SE QUEMARÁN!
Una receta de karlos Arguiñano