Una estupenda forma de aprovechar la fruta de temporada es haciendo una rica mermelada con ella, así podremos disfrutar de la susodicha en cualquier época del año. Y aprovechando que tenía bastantes melocotones del huerto de mi suegro, me dispuse a gastarlos en una deliciosa mermelada. A mis hijos les encanta untada en pan o galletas y yo encantada porque es otra forma de que coman fruta. Reservé un tarrito de esta delicia de melocotones para la cobertura del pastel que veis en las fotos, un riquísimo pastel meloso de duraznos que ha quedado riquísimo (si os apetece ver la receta la tenéis pinchando aquí). Os aseguro que os encantará…
Para endulzarla he combinado mi insustituible caramelo de dátiles (ya sabéis que es cien por cien natural, os dejo la receta pinchando aquí), con azúcar moreno, con el fin de potenciar el dulzor de los melocotones. Y ha quedado riquísima.
Nutricionalmente, el melocotón aporta tan solo 39 kcal por cada 100 gramos, ya que su composición es mayormente agua. Las vitaminas más destacables son la vitamina C, B3, E, B2, B1, B6, A (caroteno) y ácido fólico o B9. También aporta minerales como potasio, fósforo, magnesio, calcio, sodio, hierro, zinc, yodo y selenio. Así mismo, posee una gran cantidad de fibra, ideal para combatir el estreñimiento. Es ideal para las digestiones pesadas, para la tensión alta, para la vista, para mejorar las defensas, para las varices, para la anemia y para la diabetes, entre otras…
Y después de conocer tantas propiedades beneficiosas, ¿os animáis a enriquecer vuestros desayunos y meriendas con una exquisita mermelada de melocotón?
Ingredientes:
-1 kg. de melocotones
-150 gr. de azúcar moreno
-250 gr. de caramelo de dátiles
-1 limón
Preparación:
Pelamos los melocotones, le quitamos la pipa y los troceamos. Los ponemos en un cazo junto con el azúcar, el caramelo de dátiles y el zumo de limón. Cocinamos a fuego lento hasta que la fruta se deshaga (unos 50 minutos aproximadamente). Trituramos con la batidora si se prefiere una textura sin tropezones.
Ya solo queda verterla en tarros esterilizados, cerrarlos y ponerlos boca abajo durante un mínimo de seis horas para hacer el vacío, de esta forma la mermelada nos aguantará un mes en el frigorífico.
Si queremos conservarla por más tiempo debemos proceder de la siguiente forma: debemos lavar los tarros de cristal y hervirlos durante 10 minutos para esterilizarlos. Luego introducimos la mermelada en su interior, cerramos los botes y los ponemos en una olla exprés, con un paño en el fondo para evitar que se choquen entre ellos y se rompan. Cubrimos de agua y cocinamos 15 minutos después que haya comenzado a salir el vapor. Dejamos enfriar y guardamos en un lugar fresco.
Sugerencias:
*Puede emplearse azúcar blanco, panela o miel para endulzar.
*Hay que tener en cuenta que la mermelada gana en consistencia a medida que va espesando.
*Se puede optar por no triturar la mermelada con la batidora o el chino, si lo que gusta es encontrarse trocitos de fruta en ella.
*Se pueden reciclar los botes de mermelada industrial para envasar las mermeladas caseras.
¡Dedícate tiempo, disfruta cuidándote!