Como muchos ya sabréis, el día 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro. En orden de promulgar la lectura, la industria editorial y defender la propiedad intelectual, la UNESCO promulgó este día a nivel mundial en 1995. A partir de 1996, se celebra el día 23 de abril, fecha en la que fallecieron tres grandes escritores de fama internacional: Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, allá por el año 1616. Cada año es elegida una ciudad para que sea Capital Mundial del Libro y este año le toca a Incheon en Corea del Sur.
Para esta ocasión tan especial he elegido una receta de los libros de la literatura que más me gusta, la literatura fantástica, y que es la saga de Juego de Tronos de George R.R. Martin. Estos pastelitos de limón de Sansa Stark son dignos de una princesa. Ahora entiendo por qué le gustaban tanto y es que están riquísimos.
Si queréis visitar otras recetas que he hecho de libros, os dejo estas dos que seguro os encantarán:
Galletazas de Gerónimo Stilton
Lembas de El Señor de los Anillos
Bueno, os dejo con la receta que, aunque sencilla tiene unos cuantos pasos a seguir, pero que merece la pena. Ya veréis.
PASTELITOS DE LIMÓN DE SANSA STARK
Ingredientes: (Para doce pastelitos)
De los limones caramelizados: (para 12 rodajas)
1 limón
1 taza de azúcar
Agua
Hielo
Del sirope de limón:
1/2 taza de agua
Líquido sobrante de los limones caramelizados
Del bizcocho:
3 huevos L (a temperatura ambiente)
1 cucharada de agua
1/2 taza y 2 cucharadas de azúcar
115 gr. de mantequilla sin sal (derretida)
1 3/4 tazas de harina
1 taza de leche (a temperatura ambiente)
2 cucharaditas de extracto de vainilla
1 cucharadita de levadura
El zumo y la ralladura de 1 limón
Del frosting:
75 gr. de lemon curd (he utilizado mi receta de siempre pero a la mitad. Pinchad aquí.)
200 gr. de nata montada (crema de leche)
Preparación:
De los limones caramelizados:
Llenamos un cazo de agua hasta la mitad y lo ponemos al fuego a que hierva.
Preparamos un baño de hielo con un bol, cubitos de hielo y un poco de agua.
Partimos el limón a rodajas bastante finas.
Cuando el agua empiece a hervir, echamos las rodajas de limón y dejamos un minuto que hierva. Apartamos del fuego y removemos hasta que se ablanden.
Los sacamos y los echamos directamente en el baño de hielo.
Mientras, en una cacerola ancha, echamos una taza de azúcar y una taza de agua. Ponemos a fuego medio-bajo y dejamos que el azúcar se diluya completamente.
Añadimos entonces los limones, que no haya ninguno encima de otro, y lo dejamos que hierva durante media hora o hasta que estén transparentes. Cuidado con que no se quemen.
Los ponemos en una hoja de papel de horno y lo dejamos durante unas 4 horas.
Del sirope de limón:
Con el líquido que nos ha sobrado de los limones caramelizados, hacemos el sirope de limón, echándole media taza de agua y removiendo hasta que esté todo bien diluido. Si se os ha enfriado demasiado, podéis volver a calentarlo un poco.
Del bizcocho:
Precalentamos el horno a 170ºC.
En un bol grande, batimos las yemas con el azúcar y la vainilla hasta que doblen su volumen.
Añadimos la mantequilla poco a poco mientras seguimos batiendo durante un minuto más.
Añadimos la harina y la levadura tamizadas y batimos bien hasta que estén completamente mezcladas.
Añadimos poco a poco la leche con el zumo de limón y la ralladura y mezclamos un poco hasta que esté todo combinado, no batir en exceso.
En un bol grande, montamos las claras a punto de nieve y las añadimos a la mezcla anterior. Lo mezclaremos con una espátula y con movimientos envolventes para que no se nos baje la mezcla.
Preparamos un molde rectangular de 22x33 cm., le ponemos papel de horno en la base y las paredes las rociamos con spray antiadherente.
Metemos en el horno durante unos 55-60 minutos o hasta que pinchemos y salga limpio.
Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Para hacer los pastelitos, cuando esté frío el bizcocho, cogemos un cortador de galletas circular y vamos cortando. Los míos son de unos 6 centímetros.
Bañamos los pastelitos con el sirope y los dejamos reposar unos 15 minutos que se empapen bien.
Del frosting:
Montamos la nata (crema de leche) y le añadimos el lemon curd. Mezclamos cuidadosamente con una espátula y con movimientos envolventes para que no se nos licúe.
Rellenamos una manga pastelera con la mezcla (yo usé una boquilla redonda grande) y decoramos los pastelitos.
Para terminar, los decoramos con las rodajas de limón caramelizadas.
¡A disfrutar!Receta adaptada de : Living Better Together