Aún con resaca de #GastroAove2014 y ya os traigo una receta donde uno de los protagonistas es el AOVE. Es largo de contar e intenso todo lo sucedido este fin de semana, y ya lo haré en un post exclusivo para la ocasión, aunque antes os daré algunas pinceladas. Una de las primeras actividades que teníamos en la agenda era la del concurso de recetas presentadas por bloggers. Podíamos llevar hasta dos recetas por blog y así lo hice yo. Los platos tenían todos un nivel estupendo, y, según comentó el jurado, la votación estuvo muy reñida. Mis platos fueron este paté de queso de oveja y AOVE y un carpaccio de gambas, con el que gané el segundo premio del concurso y que os enseñaré el miércoles. El verano pasado en una muestra de quesos andaluces en Salobreña descubrí un paté de queso de cabra curado totalmente artesanal. Según me comentó la mujer que los vendía se hacía con mortero, y sólo dos ingredientes básicos, queso y un buen AOVE (aquél también llevaba pimienta y ajo que yo no le he puesto). Hace unas semanas se me ocurrió que podía hacerlo y presentarlo al concurso, ya que nos había gustado mucho. Yo cambié el queso por uno puro de oveja curado, y aún nos ha gustado más casi que el original. Es muy fácil de hacer, sólo hay que tener la precaución de que el queso esté a temperatura ambiente y tener un buen mortero. Para la ocasión usé el AOVE OrOliveSur, variedad Picual, de la DOSierraMágina, envasado en la almazara Trujal de Mágina que tuve el placer de visitar en diciembre pasado.
INGREDIETNES (No pongo cantidades porque dependerá de la dureza del queso y del aceite que necesite éste para conseguir la textura idónea):
Queso puro de oveja
AOVE OrOliveSur
PREPARACIÓN:
El queso deberemos tenerlo a temperatura ambiente, por lo que tendremos que sacarlo unas horas antes del frigorífico. La elaboración de este paté es sumamente sencilla. Cortaremos el queso en tacos de tamaño no muy grandes y añadimos unos cuantos al mortero, empezamos a machacar con el mazo, y cuando hayamos conseguido una masa con él iremos añadiendo el aceite en hilito y más queso en tacos. Seguimos machacando hasta convertirlo todo en una masa que sea fácil de untar. Y añadiendo poco a poco el queso y el aceite, hasta conseguir la cantidad deseada de paté.
Podemos añadir la cantidad de aceite que deseemos, siempre que no nos quede demasiado aceitoso. Su sabor recuerda al del queso en aceite, aunque con una textura más cómoda para servir con tostas de pan.
Para conservarlo podemos meterlo en un bote de cristal cerrado y guardarlo en el frigorífico. A mi no me ha durado más de una semana, pero aguanta perfectamente yo creo que incluso más tiempo, aunque os recomiendo no hacer mucha cantidad para tomarlo lo más fresco posible.
No es nada complicado de preparar, y el resultado os sorprenderá, además de ser un paté que no está muy visto y que llega a ser muy original, pese a tener sólo dos ingredientes muy básicos. Espero que os haya gustado.
Feliz semana.
Lidia.