Whole kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de febrero nos invita a preparar un clásico de la cocina británica: PUDÍN DE PAN Y MANTEQUILLA (bread and butter pudding), así que me he puesto manos a la obra y nos ha encantado.
Es una receta de las que me gustan porque podemos aprovechar pan o bollos que nos sobran y encima es muy fácil.
Ingredientes:
(para cuatro personas, dos pudines pequeños)
75 gr de mantequilla a temperatura ambiente
media cucharadita de canela
6 rebanadas de pan de molde
2 huevos
60 gr de azúcar
100 ml de leche
150 ml de nata (crema de leche)
piña deshidratada en daditos (o pasas)
media cucharadita de vainilla en pasta (si no tenéis podéis usar vainilla en vaina)
2 cucharadas de mermelada de naranja (o albaricoque)
Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo.
En un bol batimos los huevos con el azúcar y la vainilla. Incorporamos la leche y la nata (crema de leche), volvemos a batir y reservamos.
He utilizado dos moldes redondos desmontables, de 12 cm de diámetro, así que he redondeado las esquinas del pan con unas tijeras.
Mezclamos la mantequilla con la canela y untamos las rebanadas por ambos lados.
Vamos colocando en los moldes una rebanada de pan, añadimos piña deshidratada, otra rebanada, volvemos a poner piña, etc. He puesto tres rebanadas en cada molde (la última rebanada recortada con un cortapastas grande en forma de flor).
Vertemos por encima nuestra mezcla de huevos y leche y dejamos que empapen durante 10 minutos.
Horneamos de 30 a 35 minutos.
Cuando se hayan entibiado los desmoldamos y pincelamos con la mermelada rebajada con un poquito de agua.
Nos ha gustado mucho con piña en lugar de pasas.
Si queréis saber más acerca de este postre:
El pudín de pan y mantequilla o bread and butter pudding es uno de los postres más populares de la cocina británica. Se originó en el siglo XVII derivado de otro postre clásico inglés: el bread pudding, este último considerado una versión de lujo para las grandes ocasiones.
Consiste en hornear una mezcla de pan con mantequilla y pasas o cualquier otro tipo de fruta deshidratada y luego bañarlo en huevos, leche y un poco de vainilla. Se consideraba un postre de gente sin recursos, ya que se hacía para aprovechar el pan que ya estaba duro, a medida que la clase media tuvo acceso a ingredientes como los huevos, la leche, las pasas o el azúcar este pudín se hizo más sofisticado, convirtiéndose en la receta que hoy conocemos.
A mediados del SXX perdió popularidad pero actualmente, gracias a chefs británicos como Jamie Oliver o Delia Smith, vuelve a estar entre los más apreciados de la población además de ser servido en los mejores restaurantes de cocina británica.
Hoy en día existen muchas versiones de este postre y se pueden usar en su preparación tanto pan del día anterior como bollería (cruasanes, brioche, etc,) o pan de molde.
En cuanto a la inclusión de las frutas también se utilizan frutas frescas como la manzana, pera o frutos rojos. La base de leche y huevos es también aromatizada en ocasiónes con cualquier licor.