Si una amiga viene a almorzar: Prepare un cóctel suave, compuesto de jugo de tomate, vodka y sal de apio. En la mesa, un buen vino rosado irá bien con todo.
Cena para dos: Ponga en la bandeja el aperitivo favorito de su pareja y varíe los vinos con cada plato. No olvide que los vinos blancos secos son más fáciles de digerir que los dulces.
Si trae un amigo: Dele un aperitivo con ginebra y ofrézcale en la mesa un buen vino tinto.
Invitados de sorpresa: Un vino tinto corriente puede bastar. Mientras prepara la cena, su marido puede servirles un aperitivo a los invitados.
La cena habitual de cada noche: A los niños, simplemente agua o jugo de frutas; alguna noche es bueno ofrecerles leche. Nunca deben tomar aperitivos, alcohol ni café los niños menores de quince años.
La familia esta invitada: No vacile en servir champán, pero debe ser seco (bruf). El champán dulce marea y da dolor de cabeza. En la mesa, sólo una clase de vino y, a los niños lo habitual.
En la cena del domingo: Tenga la precaución de poner a refrescar una botella de vino rosado, que le aliviará el cansancio si llega a cenar después de estar fuera todo el día.
Comidas al aire libre: Nada de vinos pesados ni tampoco cerveza, si no se puede poner ésta a enfriar. Un vino suave o jugos de frutas resultarán perfectos.