1 kg de patatas cortadas en bastones
Aceite de oliva para freir
120 g de bacon en tiras
140 g de mezcla de 4 quesos para gratinar: Maasdam, Cheddar, Gouda y curadoPara la buttermilk:
235 ml de leche tibia
15 ml de zumo de limónPara la salsa:
235 ml de buttermilk
115 ml de mayonesa
1 yogurt natural
6 ml de zumo de limón
1 cucharada de mostaza
1 cucharadita de cebolla en polvo
1 cucharadita de ajo en polvo
1 pizca de pimienta negra
1 poco de eneldo
Sal
BUTTERMILK
Pon a calentar la leche en el microondas durante unos segundos, hasta que esté tibia, sin que se caliente demasiado.
Añade el limón y deja reposar unos 15 minutos, hasta que halla espesado. Deberá tener una textura más espesa y con grumitos.
Mueve hasta que tenga la textura de un yogur líquido.
PARA LA SALSA
Pon en un bol la buttermilk y añade la mayonesa, la mostaza, el yogurt, una pizca de sal, el zumo de limón, la pimienta, la cebolla y el ajo molido y el eneldo.
Bate bien todos los ingredientes hasta conseguir una textura homogénea y deja reposar en el frigorífico.
PATATAS Y BACON
Fríe las patatas en una sartén de hierro con un poco de aceite caliente. No pongas mucha cantidad de una vez para que no se enfríe el aceite y te queden crujientes.
Ve colocando sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite y échales un poquito de sal inmediatamente. Reserva.
En otra sartén, tuesta el bacon. No hace falta que uses aceite, ya que el bacon soltará grasa por sí mismo. Cuando veas que coge color, colócalo también sobre papel absorbente. Reserva.
En una fuente coloca las patatas y vierte la salsa por encima. Luego vierte el bacon tostado y termina echando por encima los quesos rallados.
Gratina a fuego fuerte unos 10 minutos o hasta que el queso esté fundido.