Mañana es uno de los días más comerciales del año, de esos que inventó el Corte Inglés como se dice siempre, y la gastronomía está siempre muy vinculada a esos días especiales, por lo que también he sucumbido a preparar algo "rojo". Y nada mejor que la versión red velvet de un bundt cake, ya tengo publicados en el blog la layer cake, los cupcakes y también los cake pops, todos en su versión red velvet. En esta ocasión he preparado la receta de Silvia de Food and Cook que nos presenta un bundt imponente. También he preparado la salsita de queso para acompañarlo.
INGREDIENTES:
Para el bizcocho:
170 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
450 gr. de azúcar
500 gr. de harina común
3 huevos
2 cucharadas de colorante en gel rojo
15 gr. de cacao en polvo
1 cucharadita de vainilla en pasta
1 cucharadita y media de sal
350 ml. de buttermilk (si no lo encontráis lo podéis hacer en casa, echando unas gotas de limón a la leche entera y esperando diez minutos a que se corte ésta)
1 cucharadita y media de vinagre blanco
1 cucharada y media de bicarbonato sódico
Para el frosting de queso:
175 gr. de queso crema
75 gr. de azúcar glass
150 ml. de nara para montar
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 180º y engrasamos el molde con spray desmoldante o mantequilla y harina. Batimos en un bol (yo con la pala plana de la Kitchen Aid) la mantequilla con el azúcar. Añadimos después, sin dejar de bartir los huevos, uno a uno. Añadimos la vainilla junto con el colorante. Y seguimos batiendo hasta que esté todo bien integrado. Mientras tamizamos la harina, la sal y cacao en polvo. Mezclamos el bicarbonato con el vinagre, vereis que empieza a burbujear, añadimos a la masa y seguimos integrando.
Vamos añadiendo la mezcla de harina, después el buttermilk, harina de nuevo y por último buttermilk hasta terminar con ambos ingredientes. Terminamos de integrar todos los ingredientes y vertemos en el molde engrasado. Horneamos durante una hora o cuando al pinchar con una brocheta ésta salga limpia. Sacamos del horno, dejamos diez minutos dentro del molde y después desmoldamos. Dejamos enfriar sobre una rejilla. Mientras, preparamos el frosting de queso. Montamos la nata (crema de leche) y reservamos, después mezclamos el azúcar glass junto con el queso, cuando se haya integrado todo añadimos la nata (crema de leche) con movimientos envolventes. Metemos en el frigorífico hasta la hora de servir, y servimos acompañando a un trocito de bundt cake.
Mi hija, Laura, es una apasoniada del red velvet en todas sus versiones, no sabéis cuánto ha disfrutado de este bundt cake, lo mismo que espero que disfrutéis vosotros cuando lo probéis.
Feliz inicio de semana.